Si bien la estadounidense no decepcionó por completo, su concierto en Montreux mostró que tiene parte de verdad lo que ella misma ha confesado: que es una cantante más de estudio.
Lana del Rey, una de las últimas jóvenes cantantes que ha saltado al estrellato mundial, se presentó hoy en el prestigioso Festival de Jazz de Montreux (Suiza), donde dejó un sabor agridulce en el público, parte del cual se sintió defraudado por un concierto demasiado corto y carente de potencia.
Si bien la estadounidense no decepcionó por completo, su concierto en Montreux mostró que tiene parte de verdad lo que ella misma ha confesado: que es una cantante más de estudio que de presentaciones en vivo.
Con una cuidada apariencia "retro", Del Rey apareció en el escenario con grandes orquídeas blancas artificiales de ambos lados de la cabeza y un vestido corto del mismo color para cantar durante nueve canciones en 45 minutos.
Al término del concierto, el fundador y director general del festival, Claude Nobs, le entregó un ramo de flores y un reloj suizo con un diseño especial de este evento musical, regalos que Del Rey agradeció muy tímidamente y que no la convencieron para atender la petición del público de una canción extra.
De los 32 conciertos de pago que se ofrecen durante los dieciséis días del Festival de Montreux, las entradas para ocho estaban agotadas antes de su inauguración, entre ellos el de Lana del Rey, que atrajo tanto a jóvenes como a adultos maduros.
En las mentes de muchos planeaba el recuerdo de Amy Winehouse, con cuya muerte se desvaneció una gran esperanza para la música y quien estaba programada para otro festival de música que tiene lugar este mismo mes también en Suiza.
Aunque radicalmente diferentes, corresponden exactamente a la misma generación -Del Rey tiene 26 años y Winehouse tendría 25- sus registros vocales contraltos las acercan, aunque mucho más poderoso en el caso de la segunda; así como sus talentos de compositoras y el guiño particular de cada una a Frank Sinatra.
Fuente: EFE
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