La banda estadounidense Pearl Jam pidió una sanción ejemplar para los responsables de la desastre ambiental en Brasil.
La banda estadounidense de rock alternativo Pearl Jam defendió en pleno concierto en Brasil una sanción ejemplar a los responsables por el vertido de lodo y residuos minerales que hace dos semanas anegó siete poblados brasileños y dejó al menos doce muertos y once desaparecidos.
La petición fue hecha en la madrugada de este sábado por el cantante del grupo, Eddie Vedder, en medio del concierto que el grupo ofreció en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, en el sudeste de Brasil en el que se registró el 5 de noviembre la grave tragedia ambiental.
"Accidentes ciegan vidas y destruyen ríos. Y aún así ellos consiguen lucrar. Esperamos que sean sancionados, duramente sancionados y cada vez más sancionados", afirmó el vocalista en un pronunciamiento que hizo en portugués para delirio de las cerca de 42.000 personas que acudieron al concierto.
Vedder sin mencionar a Samarco, la compañía responsable por la riada y que es compartida por la brasileña Vale y la australiana BHP, dos de las tres mayores mineras del mundo, hizo un fuerte discurso contra las empresas que contaminan el medio ambiente.
"Esperamos que sean sancionados para que nunca olviden el triste desastre que causaron", agregó el cantante, quien anunció igualmente que la banda había decidido donar a los damnificados por la tragedia ambiental su parte en la venta de entradas para el concierto en Belo Horizonte.
El discurso ecologista fue pronunciado poco antes de que el grupo interpretara "Do the evolution", una composición que hace referencias a los daños causados por el hombre a nombre de la evolución.
La tragedia fue causada por la ruptura de los diques de contención de dos depósitos de agua y residuos minerales de una mina de Samarco, cuyo vertido dio origen a una riada de 62 millones de metros cúbicos de lodo y residuos minerales.
La riada, la más grave ocurrida en el mundo en al menos una década, destruyó completamente el poblado de Bento Rodrigues, dependiente de Mariana, anegó otros seis poblados y una enorme extensión de tierras y afectó al río Doce, uno de los más importantes del sureste del país.
Según el último balance oficial, el accidente dejó al menos doce muertos, cuatro de ellos todavía sin identificar, y los cuerpos de rescate todavía buscan a once desaparecidos.
La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, calificó el accidente como la "catástrofe ambiental más grave" ocurrida en Brasil.
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