Desde que inició la cuarentena, el 15 de marzo, el planeta y la naturaleza se han convertido en los grandes favorecidos tras una serie de medidas adoptadas para frenar la pandemia del coronavirus.
Perú dejó de emitir más de 1,6 millones de toneladas de dióxido de carbono durante las primeras seis semanas de la cuarentena general y obligatoria decretada en el país desde el 16 de marzo, según una estimación difundida por el Ministerio del Ambiente.
Más de 626.000 toneladas de dióxido de carbono corresponden a la inactividad del transporte urbano de Lima y Callao equivalente a más de 23.000 autobuses, según los cálculos elaborados por la consultora especializada Alwa.
Asimismo, la reducción del consumo de electricidad de comercios e industrias que pararon sus actividades durante la cuarentena evitó la emisión a la atmósfera de otras 554.000 toneladas de dióxido de carbono.
A ello se suman 493.000 toneladas de dióxido de carbono de la paralización del tráfico aéreo, cuyas emisiones se han reducido casi a cero al estar prohibidos los vuelos regulares a nivel nacional e internacional.
CALIDAD DEL AIRE ÓPTIMA
Casi desde el primer día de la medida, la reducción de las emisiones de gases hizo mejorar notablemente la calidad del aire en Lima y Callao hasta alcanzar por primera vez los niveles óptimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A finales de marzo, se llegó a registrar en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho, el más poblado de la capital, un nivel de 3 microgramos por metro cúbico de partículas contaminantes menores 2,5 micras (milésima parte de un milímetro), lo que significa un diámetro menor al de un cabello humano.
Esto supone quince veces menos que los niveles registrados por esas mismas fechas el año pasado con 46 microgramos por metro cúbico y que el año precedente con 42 microgramos, cuando lo recomendado por la OMS es 10 microgramos.
(EFE)
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