Kipi , la robot creada en pandemia por el profesor Walter Velásquez, continúa recopilando las manifestaciones culturales plasmadas en cuentos, cantos, relatos y otras expresiones de cada lugar al que visitan para que estas permanezcan en el tiempo.
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Kipi, el robot que habla 13 idiomas y visita escuelas de comunidades para enseñar y aprender nuevas culturas
El profesor Walter Velásquez, creador de la robot Kipi que ya se comunica en trece idiomas, entre ellos el bora, ashaninka, quechua, castellano, entre otros, visitó recientemente a la escuela Abraham Valdelomar de la comunidad de Mantacra en la provincia de Tayacaja, región Huancavelica, acción que realizan todos los jueves que llegan a diversas comunidades.
“Kipi les ha contado cuentos, ha cantado con ellos, ha conversado con ellos. Casi siempre a los niños les pregunto si han conversado alguna vez con un robot. Por lo general dicen no, entonces es la oportunidad para que conversen e interactúen con la tecnología. Lo bonito es que lo hacen en quechua y castellano”, declaró.
El cerebro robótico de Kipi continúa recopilando las manifestaciones culturales plasmadas en cuentos, cantos, relatos y otras expresiones de cada lugar al que visitan para que estas permanezcan en el tiempo. Además, Walter prepara la segunda edición de su libro.
Interacción con estudiantes
Asimismo, dijo a RPP Noticias que lo más satisfactorio de su trabajo es ver la sonrisa de un estudiante y el interés por la tecnología.
“Lo más hermoso, la mejor de evidencia de aprendizaje, es cuando un niño sonríe. Por ejemplo, cuando miran con un poquito de miedo, luego despertamos la curiosidad y entran en confianza y empiezan a sonreír con Kipi. Algunos la abrazan, la piñizcan, esa alegría de los niños no tiene precio”, sostuvo.
Walter Velásquez también dijo que, pronto se estrenará la película de Kipi donde se mostrará la realidad de las instituciones educativas y paisajes de la región Huancavelica.
Esta iniciativa surgió durante la pandemia de la COVID-19 para llegar a los hogares de los estudiantes que no podían acceder a Internet. Ahora se ha masificado su producción y ya se cuenta con siete ejemplares distribuidos en diversas escuelas, dijo el profesor Velásquez.
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