Esta brecha salarial se acentúa aún más en las mujeres y hombres mayores de 45 años. En este grupo, las mujeres ganan 30,5% menos que los hombres, según un informe del INEI.
La crisis laboral por la pandemia de la Covid-19 ha afectado en mayor escala a las mujeres a comparación de los hombres, ya que son ellas las que más han perdido sus trabajos o se les ha hecho más complicado mantenerlos. Pero esta dificultad no es reciente, las mujeres ya enfrentaban complicaciones desde antes de la pandemia, y una de ellas era la brecha salarial.
El ingreso promedio de las mujeres representa el 72.4% del ingreso de los hombres, señala un informe técnico del INEI realizado en el último año móvil (es decir, entre abril 2019 y marzo 2020). Mientras los hombres ganan en promedio 1833,7 soles, las mujeres ganan 1327,7 por la misma labor. Esto quiere decir que hay una brecha promedio de 506 soles a favor de los hombres.
Esta brecha se acentúa aún más en las mujeres y hombres mayores de 45 años. En este grupo, las mujeres ganan 30,5% menos que los hombres. Por el contrario, la brecha se reduce en los más jóvenes, donde esta alcanza el 20.1%, según el mismo informe del INEI.
Esta desigualdad salarial se origina, entre otras cosas, por factores subjetivos o no explicados. Esto quiere decir que los empleadores asocian a la mujer con el trabajo doméstico y del cuidado de hijos y también hay discriminación de género, según el informe “Guía para la igualdad salarial” del Ministerio de Trabajo (MTPE)”.
Pero a nivel nacional no todo es igual, en las zonas rurales existe una brecha de género aún más amplia. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 49,6% de las trabajadoras rurales trabajan sin remuneración y tienen una tasa de informalidad del 94%.
En esa línea, la brecha salarial más amplia se produce en Pasco, Moquegua y Arequipa, según el informe “Perú Brechas de Género 2019”. Esto se debe a las actividades que desempeñan cada uno; mientras que los hombres trabajan -en su mayoría- en la actividad minera y sus ingresos son más elevados, las mujeres lo hacen en la actividad comercial.
La discriminación remunerativa entre hombres y mujeres está penada por la ley N° 30709, que la prohíbe expresamente. La “Guía para la igualdad salarial” agrega sobre la ley que “dicho principio no solo se aplica a los casos en que se realicen trabajos iguales o similares, sino también en los casos de trabajos distintos, pero con un valor similar”. Es decir, el MTPE explica que los trabajos pueden tener contenidos, responsabilidades, calificaciones y condiciones diferentes, pero generar el mismo valor para la organización. Por lo tanto, la remuneración debería ser la misma. Bajo este principio, lo que se analiza es el valor del puesto y no la persona que lo ocupa.
La brecha salarial no es un problema único en el Perú. A nivel mundial, las mujeres ganan 16% menos que los hombres por el mismo trabajo y las mismas condiciones, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, a pesar de que con los años se ha estado trabajando para disminuirla, en la práctica todavía se hace difícil.
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