Los asaltos en carreteras se redujeron desde el 2016 al 2018. El norte del país concentra la mayor parte de casos. El último hecho ocurrió el pasado domingo.
Los pasajeros del bus Perla del Altomayo pasaron el susto de su vida cuando un grupo de delincuentes irrumpió en la carretera Santa- Chuquicara (Áncash) a la altura del Km. 49 para robar sus pertenencias. El hecho ocurrió la noche del último domingo en una vía que bordea el río Santa, que marca los límites de las regiones Áncash y La Libertad.
Este incidente se suma a los 16 asaltos que registra la Policía de Carreteras entre los meses enero y mayo de 2019. En los que va del año, se han registrado atracos en Trujillo (3), Chimbote (2), provincias al norte de Lima (2), Cusco (2), Madre de Dios (2), Ica (1), Ayacucho (1), Puno (1), Tarapoto (1) y Ucayali (1).
Según información de la Policía Nacional proporcionada por medio de una solicitud de Acceso a la Información, en el 2016 se registraban 146 asaltos en las carreteras del Perú. La cifra fue disminuyendo hasta llegar a 111 robos en el 2017 y 65 en el 2018.
Las cifras acumuladas de los últimos tres años, evidencian que el norte del Perú es la zona preferida por los asaltantes. La lista es encabezada por Trujillo (57), seguida por las provincias al norte de Lima (51), Ica (40), Ayacucho (24) y Piura (20).
Las tres modalidades más utilizadas por las bandas son la interceptación, el bloqueo de carretera y el pasajero a bordo. Entre 2016 y 2018, hubo 176 asaltos con la modalidad de interceptación, 64 con la de pasajero a bordo y 55 con la de bloqueo de carretera.
En el asalto ocurrido en Chuquicara, los delincuentes recurrieron a la modalidad del bloqueo de carretera; es decir, colocaron rocas en medio de la vía para obligar al vehículo a detenerse.
El coronel PNP Jorge Castillo, jefe de la Policía de Carreteras, detalló a RPP Noticias que la modalidad de interceptación ocurre cuando los asaltantes a bordo de autos cierran el paso a los buses en marcha. Mientras que la modalidad de pasajero a bordo se trata cuando el pasajero es el asaltante que previamente abordó el bus sin ser registrado adecuadamente.
La Policía indica que las bandas dedicadas al asalto en carreteras actúan, en la mayoría de los casos, entre las 9 de la noche y las 3 de la mañana. Los atracos duran en promedio entre 10 y 15 minutos.
“Los desvían de la ruta principal a unas trochas que han identificado antes de cometer su hecho. Los llevan unos 500 metros donde cometen a escondidas el asalto y donde el patrullero no lo pueda ver”, indica el coronel Castillo.
Incidencia de robos
La Policía de Carreteras cuenta con 3900 efectivos y con 650 patrulleros para resguardar el 68% de la red vial nacional, es decir unos 14 mil 500 kilómetros. Según el coronel Castillo, se logró reducir la incidencia de asaltos en las vías, luego de haber dado mayor cobertura a los patrullajes, de focalizar las zonas críticas, y de haber distribuido el recurso logístico en los lugares con mayor incidencia.
“En toda la costa desde Tumbes hasta Tacna tenemos el monitoreo satelital de nuestras unidades policiales que nos permite no solo tener control, sino poderlos ubicar en tiempo real y desplazarlos. Así tenemos capacidad de respuesta oportuna ante un asalto a un vehículo que se traslada en carretera”, manifestó.
Las recomendaciones
Desde el 2009, existe una normativa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones que exige a todas las empresas de transporte interprovincial tener un GPS instalado. Además, se contempla que los buses tengan un botón de pánico que debe ser activado en situaciones de emergencia.
“El botón de pánico debe ser activado por el conductor, pero no hay una formalidad que ayude a mejorar este aspecto de alerta a la Policía. Los conductores, muchas veces, no saben dónde está ubicado. Entonces no lo activan, esto es responsabilidad de las empresas. Otro tema es que las empresas deberían tener GPS, igual que los camiones, pero no todos cumplen en la actualidad”, señala el coronel.
Mayor control
Martín Ojeda, representante de la Confederación de Transportistas del Perú, dice a RPP Noticias que las zonas de Virú, Barranca y Huarmey, en el norte; y Nasca, en el sur, son los lugares donde ocurren más asaltos a buses. Asimismo, reconoció que las empresas informales en el sector “no tienen la diligencia” de registrar adecuadamente a sus pasajeros.
Ojeda indica que “no se está descubriendo la pólvora” cuando se señala que en el ‘norte chico’ de Lima ocurren más asaltos. En ese sentido, afirma que los delincuentes aprovechan la poca iluminación a lo largo de la vía y la distancia que hay entre patrullero y patrullero para cometer sus fechorías.
“La policía no cuenta con suficiente abastecimiento de gasolina. Los patrulleros están en zonas estancadas. Hay falta de luz y zonas para ocultarse entre los matorrales y maizales”, manifiesta.
Asimismo, el dirigente indica que en el sector formal del transporte interprovincial las nuevas unidades que se están adquiriendo vienen con cámaras internas y externas. “Las empresas formales tenemos cuidado con los pasajeros que suben, tenemos arcos electrónicos para detectar incluso cualquier arma punzocortante”, manifiesta.
Tanto la Policía Nacional como el Ministerio de Transporte y Comunicaciones piden a la ciudadanía abordar buses formales para evitar ser víctimas de asaltos.
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