La docente y antropóloga Norma Correa instó a los ministerios de Salud y Educación a plantear metas más concretas a corto plazo para el retorno de los estudiantes a las aulas.
Norma Correa, docente y antropóloga de la Universidad Católica, consideró que los sectores Salud y Educación deberían plantear metas más concretas a corto plazo para el retorno de los estudiantes a las aulas, y señaló que a marzo todos los colegios a nivel nacional ya deberían estar operando.
En diálogo con 'Nada Está Dicho' por RPP, destacó que la jefa del Gabinete haya mejorado la meta de la vuelta a la presencialidad al indicar que en julio del próximo año el 99% de escuelas estarían abiertas; sin embargo, opinó que no es suficiente.
"El plan de emergencia educativa de la gestión de (Juan) Cadillo decía que al 30 junio de 2022 debían abrir el 50% de colegios, la premier ha mejorado esa meta, pero no es suficiente porque necesitamos metas en el corto plazo, a diciembre y marzo. La meta a marzo debería ser abierto al 100%, aquellos colegios que no puedan hacerlo por diversos motivos serán la excepción, pero no puede ser al revés", manifestó.
Para ello, señaló, se necesita "un liderazgo más claro del sector Educación"; no obstante, afirmó que el "rol crucial" lo tiene el Ministerio de Salud. "Es el llamado a liderar la comunicación en materia sanitaria y tiene que generar una estrategia específica para el retorno a las aulas".
También instó a los gobiernos regionales y locales a sumarse a este esfuerzo facilitando los espacios públicos para actividades escolares; asimismo, pidió a los sindicatos a tener una "postura clara" y no "reproducir noticias inexactas sobre el estado de la pandemia".
"El miedo nos ha hecho mucho daño"
La investigadora lamentó que 19 meses después de iniciada la pandemia en el país, la educación básica sea la última actividad en reactivarse.
"La política del miedo nos ha hecho mucho daño. Es cierto, hemos tenido una experiencia muy traumática con la pandemia, pero ya se activaron un conjunto de actividades sociales, y las escuelas se dejaron al final, se quiso proteger a los niños, pero al final se les hizo un gran daño".
En su opinión, "los niños y adolescentes siguen pagando un altísimo precio por las libertades de los adultos, es una injusticia intergeneracional que tenemos la obligación de corregir".
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