Saby Mauricio, exdecana del Colegio de Nutricionistas del Perú, alertó de los riesgos de producir carne de burro para el consumo humano, y resaltó cuál sería el uso que se le daría en una eventual exportación a China.
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Saby Mauricio alertó que en Perú no se han desarrollado adecuados protocolos de bioseguridad para su comercialización
El último martes, la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Elizabeth Galdo, en diálogo con RPP, indicó que entre los acuerdos suscritos en el reciente viaje de la presidenta Dina Boluarte a China resalta el ingreso de productos que antes no estaban contemplados en las transacciones binacionales, tales como la carne de burro.
“Dentro de los recientes acuerdos fitosanitarios se está introduciendo la carne de bovino y también la de burro, pero el origen es el interés que tiene China. Son acuerdos que se han cerrado”, indicó la titular del Mincetur en el programa Las cosas como son.
“No todos los países te van a demandar este tipo de animal. China en particular lo requiere, pero va a depender del exportador”, manifestó.
Desde entonces, se ha desatado una polémica en torno a la factibilidad de que dicha carne pueda ser exportada al gigante asiático y, más aún, si esta es apta para el consumo humano. Ante ello, RPP conversó con Saby Mauricio, exdecana del Colegio de Nutricionistas del Perú y especialista en Salud Pública.
¿La carne de burro puede ser viable para el consumo humano?
Saby Mauricio consideró que la carne de burro, como cualquier otra, es una fuente de proteínas y que, incluso tiene menos grasa que la carne de res.
"La carne de burro tiene proteínas, como todas, tiene poca cantidad de grasa, menos que la de res (…) A nivel de macronutrientes, tiene los nutrientes necesarios que podrían suplir una carne”, sostuvo.
No obstante, indicó que el problema de su producción en nuestro país tiene que ver con la aplicación de los controles de bioseguridad adecuados para que califique para el consumo humano.
“¿Dónde está el problema? (...) Sabemos que el caballo y el burro, normalmente, son animales de carga. Al ser animales de carga generan una formación de ácido láctico y esto nos afecta en el hecho de que la carne se pone más oscura, y la alteración de aminoácidos es completa. Ya no tiene el mismo valor nutricional que la carne destinada para consumo”, aseveró.
“Pero no es solo el punto de la parte del contenido nutricional, sino que también debemos tomar en cuenta que, si el animal está destinado al consumo humano, se toman todas las medidas de bioseguridad. Por eso, tenemos que hoy en día nos ponen carne de burro en los embutidos (y) es muy peligroso, porque si vas a consumir la carne de burro tiene que ser completamente cocida porque cuando está cruda puede causar diferentes afecciones, incluso insuficiencia renal", agregó.
En ese sentido, remarcó que la carne de burro o el caballo pueden tener un parásito que se llama fasciola, que al ser consumida pasa al ser humano y ataca al hígado.
Asimismo, la nutricionista señaló que China no va a importar la carne de burro para consumo humano, sino para el uso de su grasa subcutánea y la piel del animal.
"China lo va a importar no para consumo, sino que quieren utilizar la piel para un producto. Durante tiempo han estudiado la medicina tradicional y han encontrado aprovechar la grasa subcutánea que tiene el burro y el colágeno para preparar el yao, una suerte de ungüento que se utiliza para belleza, el antienvejecimiento", precisó.
"Hoy en día, China importa la mayor cantidad de pieles de burro provenientes de África; entonces, al parecer, alguien ha considerado que también se importen desde Perú, pero no es tan sencillo. No solamente es una decisión y una intención, sino que significa todo un proceso (…) No está mal que hagamos una inversión, pero la vamos a hacer de una población pequeña, he escuchado que solo hay 4 camales; no sería lógico y tampoco contribuiría con la seguridad alimentaria", arguyó.
En esa línea, Mauricio resaltó su preocupación de que "si China se va a llevar la piel, lo que nos quede sea la carne, que empecemos a tenerla para el consumo humano sin asegurarnos con la crianza respectiva".
"La bioseguridad es importante y ese es nuestro talón de Aquiles en el Perú. Tuvimos COVID-19, y si hubiéramos aprendido a lavarnos las manos, no nos hubiera golpeado tanto como lo hizo. Las personas entusiastas empiezan a criar sus burros, pero los alimentan de cualquier cosa, cuando deben tener una alimentación especial, sus pastizales deben ser adecuados, que el veterinario o el zootecnista esté haciendo el seguimiento de sus vacunas para evitar los parásitos", indicó.
"Personalmente, yo no compraría ni criaría carne de burro si no tuviera las acreditaciones y certificaciones. Pero ese es otro problema, porque cuando ponemos certificaciones no nos ponemos de acuerdo y, al final, al criador de estos animales les ponemos tantas trabas que dicen ‘mejor no crío nada’, apuntó.
Finalmente, la exdecana del Colegio de Nutricionistas del Perú resaltó que "las políticas públicas deben basarse en el interés de las personas, el interés público".
"Hoy en día debemos apostar por seguridad alimentaria, que es tener acceso a los alimentos. Si en mi región tengo cuyes, voy a mejorar su crianza para que todas las personas de mi entorno tengan suficiente proteína a partir de los cuyes (…) Eso es seguridad alimentaria, tener acceso a los alimentos que están en tu región", acotó.
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