La pobreza monetaria aumentó en el 2017 por primera vez en este siglo y ahora afecta al 21.7% de la población, pero ¿cómo determinar que una persona es pobre?
Pese a que el año pasado, 375,000 peruanos se convirtieron en pobres, en la última década salieron de la pobreza 5.2 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Pero ¿qué es considerado un pobre en el Perú?
¿Cómo se define?
El ente estadístico establece una línea de pobreza, que es en realidad el valor monetario con el cual se contrasta el gasto por persona mensual de un hogar para determinar si está en condiciones de pobreza o no.
“Para el año 2017, el valor de la línea de pobreza, es de S/338 per cápita mensual, el cual presenta un crecimiento de 3.2% respecto al año 2016. Este valor constituye el monto mínimo mensual necesario que requiere una persona para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias”, precisa el INEI en su reciente informe.
Sin embargo, existen otras formas de determinar si una persona es pobre. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la ONU, por ejemplo, incluye parámetros de ingresos junto con otros tipos de privaciones que afectan la vida de las personas.
El IPM incluye educación, salud y condiciones de vida, donde entran variables como el acceso a electricidad, agua y desagüe, vivienda y combustible para cocina.
Un reajuste en la medición
Aunque no existe información reciente en el 2012, según el IPM del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo el porcentaje de pobreza por el IPM para nuestro país ascendió a 37%, es decir, más de un tercio de la población. Mientras que la pobreza monetaria en ese año fue de 25.8%.
El economista de la Universidad del Pacífico, Enrique Vásquez plantea justamente que es momento de dejar de mirar la pobreza monetaria y tomar en cuenta la pobreza multidimensional, ya que ésta expresa más acuciosamente la vulnerabilidad de las personas y los hogares.
Pero también existe el índice de Necesidades Básica Insatisfechas que utiliza la CEPAL desde la década de los 80 y utiliza indicadores directamente relacionados con cuatro áreas de necesidades básicas de las personas (vivienda, servicios sanitarios, educación básica e ingreso mínimo), disponibles en los censos de población y vivienda.
Según el INEI, al 2015 el 19.4% de la población cuenta con al menos una necesidad básica insatisfecha, una nivel que se condice más con la medición de pobreza monetaria.
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