Los maestros dejan huellas imborrables en sus estudiantes. Su labor no solo es dictar clases: son consejeros, psicólogos, médicos y muchas veces un miembro más de la familia, que satisface las necesidades afectivas de sus alumnos.
Es el caso de la maestra Genara Alzamora, quien vive en Chincha y a sus 99 años sigue siendo el ejemplo de enseñanza. Los alumnos y alumnas estiman a la profesora Alzamora y le brindan amor y cariño a la profesora que le enseño a leer y a escribir a temprana edad.
Cada 11 de enero, día de su cumpleaños, más de 200 jóvenes ahora profesionales la visitan para saludarla: varones y mujeres que recuerdan a la que les enseño a dar sus primeros pasos académicos.
Marlene Castilla (19 años), Comunicadora social, la recuerda así: “Tenía 7 años cuando empecé a ir por las noches a su casa, en la Calle Tambo de Mora, en Chincha Alta. Con un cuaderno cuadriculado y otro doble renglón, llegaba puntual a mis clases de reforzamiento, donde la Miss Genara me enseñaba a sumar números naturales de tres dígitos y también a mejorar mi caligrafía. Pero, lo que nunca olvidaré es hacer flores de tela, collares de perlas y muñecos de trapo, manualidades que con mucho cariño ella me enseñó”, señala Marlene.
Miss Genara, ante las muestras de cariño, siempre repite: “Mientras yo pueda hablar, seguiré enseñando”.
En el alma de cada maestro, sus virtudes lo enaltecen como formadores de futuros ciudadanos. En medio de la pandemia y la urgencia de enfrentar la Covid-19, los docentes se las han ingeniado, recurriendo a originales métodos en la enseñanza.
Leer y leer
Es el caso de Dany Bernales, de 35 años. Él es maestro hace 14 años de la IE #49 en Vilcabamba, provincia de Grau, en Apurímac, a 2784 msnm.
Ha tenido la brillante idea de generar conciencia en sus alumnos dándole importancia a la lectura. Acompañado de otros maestros, buscó la manera de masificar su proyecto. Por decisión de 48 docentes de la Red Educativa del pueblo, lo nombraron coordinador.
“La iniciativa lleva por nombre ´¡Silencio!, vilcabambinos leyendo´, comenta. El objetivo inicial era fomentar el hábito lector en los estudiantes. Con el transcurrir de las semanas nos dimos cuenta que, si solo los estudiantes leían, no se cumpliría el objetivo, así que decidimos incorporar a las familias”, señala el profesor Bernales.
Los miércoles en Vilcabamba, niños, padres, parientes y también visitantes del pueblo ocupan la plaza principal, que durante una hora está separada para fomentar la lectura. La policía sitia la plaza, se desvía el tránsito vehicular y por orden municipal todo el pueblo se moviliza. Ni el brote de la Covid -19 y la declaratoria de emergencia en el país han detenido al pueblo en este plan lector.
“Cada familia se organiza desde casa. Hubo dificultades al inicio, ahora todo se normalizó”, señala Bernales. Además, la propuesta también incluye el WhatsApp, donde se generan grupos de primaria y secundaria. “El 90% de las casas tiene WhatsApp, funciona”, afirma.
Matemáticas para la vida
Vicente Quispe Yuca (58 años) es maestro hace 30 años. Ha logrado reinventar la enseñanza de las matemáticas haciendo que el niño no sienta rechazo a un curso considerado duro, aburrido, difícil, complicado y muchas veces odiado.
Su inquietud lo llevó a crear un laboratorio matemático vivencial y experimental. Ahora sus alumnos no se pierden sus clases entretenidas y divertidas. Su método consiste en dar uso a cualquier objeto: desde un azucarero, papelote, una casa, la pantalla de una computadora o un televisor; hasta el tamaño de un edificio, permite que el niño descubra por sí mismo la importancia de los números.
“A un estudiante le ponen fórmulas y los hacen memorizar y de ahí resolver problemas. Eso es lo que rechaza el estudiante. Los alumnos para ingresar al mundo matemático tienen que hacerlo por la puerta correcta y no la equivocada”, señala. Afirma que el estudiante tiene que experimentar y redescubrir los conocimientos matemáticos. “Si ve cómo surgen las fórmulas tendrá una mirada diferente de las matemáticas”, señala.
Su método es considerado revolucionario y sus resultados sorprenden. Los directores y especialistas de la región Cusco y la UGEL respectiva decidieron aprobar su difusión y ahora buscan capacitar docentes en servicio con el método del profesor Quispe. A él, la emergencia de la salud pública no le ha impedido mantenerse comunicado con sus alumnos. La tecnología es su mejor aliado.
“A los alumnos los agrupé: los que tienen internet, los que tienen WhatsApp y otros donde solo el docente puede hacer llamadas. Nada impidió continuar con la enseñanza”, señala.
Vicente Quispe ha sido propuesto por el Ministerio de Educación al premio internacional UNESCO en Francia. Brindará asesoramiento a 4 UGEL para la formación de docentes y tiene un convenio con la Universidad Nacional de Cusco por ser profesor de primera línea.
Cuestión de actitud
En la docencia, el maestro trasciende por su estrategia utilizada en la enseñanza, que imparte motivando en el alumno a buscar su superación.
José Luis Arista Tejada tiene 37 años, es maestro de Primaria en la I.E. N° 18169 de Congón, Distrito de Ocumal, Provincia de Luya, Amazonas. Promueve que el alumno tenga una actitud positiva en las aulas. Esa es su manera de transformar la vida de los estudiantes y dar lo mejor de sí mismos.
Declarada la cuarentena, no pensó dos veces para decidir que sus clases debería emitirlas por redes y radio, generando espacio a la inteligencia emocional.
“Nos movilizarnos por todas partes. Visitamos las radios para que la gente se sume al proyecto. Estaba el riesgo de contagiarnos, pero había que hacerlo. Así puse en acción el proyecto educativo “Club del Pensamiento Positivo”, para fortalecer la autoestima y la inteligencia emocional de las y los estudiantes a través de la poesía”, señala el profesor Arista.
Además, el profesor organizó un concurso utilizando todo tipo de tecnologías que tuviera a la mano. Se llamó “Poesía en tiempos de cuarentena” y logró la participación de 110 alumnos gracias al uso de la tecnología a través de Internet, videos, tutoriales y redes sociales, que sirvió para unir a los alumnos y sus familias.
El profesor Arista fue el ganador regional del concurso “Maestro que deja Huella” de 2019 y finalista en el concurso “Maestro Excelencia del Perú”, de 2019. Haciendo uso adecuado de las tecnologías de la información, sumado a su compromiso, entrega, dedicación, creatividad e innovación, lo convierten en uno de los maestros que están transformando la educación en el país.
Autoestima en las niñas
Otra maestra ejemplar es Mónica Lanchipa, 56 años. Ella es docente de primaria de la IE Santísima Niña María, en Tacna. A través de la tecnología logra enseñar a sus alumnas las buenas prácticas. Sus proyectos educativos se han convertido en ejemplos de innovación.
“Lo importante es fortalecer la autoestima de las niñas, así que hicimos un proyecto ´Yo soy una niña y soy importante´, que busca empoderarlas contra la violencia. Promueve los derechos de la mujer, la convivencia respetuosa, solidaria, inclusiva y fortalece los valores”, comenta.
Sus propuestas pedagógicas le han permitido reunir un ejército de alumnas, que en la actualidad son seguidoras de su prédica. A través de diversas plataformas virtuales, como los blogs, webs, el programa de reuniones a distancia “Zoom” y creando sus propios videos en las redes sociales, hace posible que sus alumnas aprendan a construir un mundo mejor.
En 2016, la profesora Lanchipa fue condecorada con las Palmas Magisteriales, distinción estatal a los docentes más destacados del país. También ha recibido el premio “Innovación Educativa”.
Todos estos maestros, que en estos tiempos de pandemia se esfuerzan e involucran en el aprendizaje de alumnos y alumnas, son los Peruanos Camiseta que necesita la educación peruana. Alumnos, alumnas y padres de familia agradecen este gran esfuerzo docente en todo el Perú.
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