Vanessa Herrera, psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Minsa, señaló que, a los daños físicos propios de un acto de agresión, se suman las secuelas mentales y en el funcionamiento social que, en la mayoría de los casos, impactan a largo plazo.
El Ministerio de Salud (Minsa), a través de la Dirección de Salud Mental, informó que ha atendido 133 678 casos de violencia contra la mujer entre enero y septiembre de este año.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se conmemora hoy, 25 de noviembre, Vanessa Herrera, psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Minsa, señaló que, a los daños físicos propios de un acto de agresión, se suman las secuelas mentales y en el funcionamiento social que, en la mayoría de los casos, impactan a largo plazo.
“La violencia puede ocasionar daños físicos como fracturas, golpes, infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazo no deseado, aborto y otros que deben ser atendidos para salvaguardar la vida de la víctima”, indicó Herrera.
Por otro lado, entre los efectos en la salud mental se encuentran episodios de estrés agudo, depresión, episodios de ansiedad o pánico, intento suicida, problemas por consumo de alcohol y drogas, trastornos de estrés postraumático y suicidio consumado.
“Estos problemas de salud mental que afecta al bienestar de las mujeres son tratados a través de los 155 centros de salud mental comunitarios implementados en todo el país, que, a su vez, actúan articuladamente con los Centros Emergencia Mujer con el fin de abordar cada caso de forma multisectorial”, refirió la especialista.
La psiquiatra resaltó que el tratamiento de la mujer víctima de agresión tiene un fuerte énfasis en el empoderamiento femenino. “El machismo y la normalización de la violencia está tan arraigados en la población que el tratamiento se debe complementar con un enfoque que ayude a cambiar la mentalidad de las personas para que nunca más sean víctimas de violencia”, añadió.
Vanessa Herrera agregó que la violencia contra la mujer es un problema prioritario psicosocial y de salud pública y que, por tanto, es tarea de toda la sociedad comprometerse en prevenirla y combatirla activamente.
Comparte esta noticia