El solo hecho de que sean cuatro listas las que aspiran a la Mesa DIrectiva evidencia que los congresistas no han sido capaces de actuar en base a objetivos esenciales: lucha contra la corrupción, funcionarios competentes en el Estado y una política dirigida al desarrollo económico.
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La entrega de Bruno Pacheco a la Justicia puede ser el inicio del fin del régimen de Pedro Castillo. Necesitamos más que nunca que el Congreso asuma su responsabilidad sin complacencias. Sin embargo, lo que sabemos a esta hora del día es que lejos de la unidad requerida, lo que tenemos es una confusa competencia entre cuatro planchas. El solo hecho de que sean cuatro evidencia que los congresistas no han sido capaces de actuar en base a objetivos esenciales que nos han hecho mucha falta a lo largo de los últimos doce meses: lucha contra la corrupción, funcionarios competentes en el Estado y una política dirigida al desarrollo económico. Las cinco investigaciones fiscales del presidente Castillo y lo que pueda revelar Pacheco parecen no bastar para asumir que el Perú necesita antes que nada contar con un presidente que inspire confianza y asegure una gestión eficiente. Ese no es el caso de Pedro Castillo, todo lo contrario. ¿Cuál es la agenda de las planchas? Tres de los candidatos a presidir la Mesa Directiva eran hasta hace pocos días miembros de la bancada de APP. Una de ellos, Gladys Echaíz renunció y entró a Renovación Popular, asegurando que no postularía a ningún puesto. Otro, Héctor Acuña, postula junto a representantes de tres bancadas oficialistas. Por su parte el vocero de Perú Libre, Waldemar Cerrón, postula a la vicepresidencia en una lista presidida por el conservador Esdras Medina, también de Renovación Popular, quien desde la Comisión de Educación combatió a la SUNEDU y todo atisbo de modernidad en la política educativa. Lo más grave es que esa lista cuente con el apoyo de la bancada de Acción Popular, como ha confirmado el reelegido y cuestionado vocero Elvis Vergara. Necesitamos un Congreso que sepa decir NO a las arbitrariedades del Ejecutivo y a la permanencia de su Jefe. Y que quiera merecer algo mejor que la amplia desaprobación que se ha ganado entre los ciudadanos.
Las cosas como son
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