El idioma, las creencias religiosas, la confianza en la medicina natural y la desinformación son algunos factores que han retrasado el proceso de vacunación en regiones como Loreto, Ucayali, Madre de Dios y Puno, que ocupan los últimos lugares en el proceso de inoculación.
Hasta la quincena de diciembre del 2021, el Perú había vacunado con las dos dosis a poco más del 70% de su población objetivo, una cifra alentadora que coincide con la cobertura mundial promedio. Aunque la diferencia es que la tendencia en el país es creciente. Sin embargo, hay cuatro regiones que, desde que comenzaron las campañas de inmunización, siempre estuvieron en los últimos lugares en el avance de inoculación.
Se trata de Madre de Dios (41.8 %), Puno (43.5 %), Ucayali (51.0 %) y Loreto (51.9%). En el caso de las dos primeras, ni siquiera han llegado a inmunizar a la mitad de su población con la pauta completa. La pregunta es, ¿por qué se demoran en vacunar y qué razones explican esta lentitud? Esto afirma el director regional de Salud de Puno, Juan Carlos Mendoza.
"Fundamentalmente es el tema comunicacional. Ha habido corrientes antivacunas y no se ha hecho el trabajo de poder enfrentar esta situación. Nosotros nos trasladamos a estas localidades, manifestamos las bondades de la vacuna, pero muchas veces no es aceptado o no tiene la llegada adecuada porque no estamos usando el idioma nativo", dijo.
Vacunación indígena: una preocupación
El idioma, precisamente, es un factor crucial para el éxito de la vacunación en los 55 pueblos indígenas que existen en el Perú, según el Ministerio de Cultura. 32 de ellos se encuentran en Loreto, la región con más población amazónica del país y la más desconectada: llegar a la mayoría de comunidades implica viajes por río de hasta más de un día.
Según datos del Minsa, hasta inicios de diciembre, apenas de 12 mil de 168 mil indígenas habían recibido las dos dosis en Loreto. Carlos Álvarez, quien fue director de Salud de esta región hasta noviembre, describe un fenómeno cultural.
"Esta población no acepta de primera instancia la vacuna, porque tiene diversos criterios, mencionan que no es necesario la vacuna porque ellos se curan con sus plantas medicinales. Hay un grupo que se ha vacunado con la primera dosis y no llega a la segunda dosis. Uno de los motivos importantes es porque han tenido alguna reacción a la primera dosis, llámese fiebre, dolor o algún malestar, y piensan que con la segunda, puedan incrementarse estos síntomas, pero no, eso no es cierto", contó.
Vacunación: los que se niegan
Diversas comunidades indígenas de Loreto, Amazonas, Junín, Ucayali, entre otras regiones, han firmado actas de negación a la vacuna con las cuales rechazan a las brigadas que llegan para inocular.
Pero también hay personas de la zona urbana que se niegan a ser inmunizadas. Ana Guevara, consejera educadora de pares del hospital referencial de Ferreñafe, en Lambayeque, cuenta que un grupo de pacientes con VIH se negó a ser vacunado y también, a continuar su tratamiento antirretroviral por razones religiosas.
"Ya no quieren recibir porque dicen que ya el pastor los ha curado. Incluso se les he llamado a los pacientes por ser vulnerables al covid, para que reciban sus dosis de la vacuna y también nos dicen que han decidido sus familias optar por no vacunarse porque ya están asistiendo a la iglesia pentecostal 'La Cosecha' y que ahí los curan del covid", señaló.
En Lima, la señora Mariela Armas contó a RPP Noticias que le llegó una desinformación que le generó confusión. Pero finalmente eligió poner el hombro.
"Yo que me encontraba en Apurímac me decían las personas que no me pusiera las vacunas, porque 'era por gusto', 'no deben ponerse', 'la vacuna está matando a la gente'. Entonces yo tenía un poco de temor, pero aun así me puse la primera vacuna. Debemos ponernos la vacuna para protegernos", le contó a RPP Noticias.
Vacunación: "Hay que saber qué está pasando"
Para el médico infectólogo, Juan Carlos Celis, quien trabaja en el hospital regional de Loreto, el Estado debe preocuparse en conocer los motivos de la población desconfiada.
"Hay que entrar a investigar las razones por la que esas personas no se vacunan y no solamente una pregunta simple, sino entrar en una investigación como están haciendo en otros lados. Dedicarnos a ese grupo y saber qué está pasando. Ir hacia ellos, hacer encuestas barrio por barrio, buscar quién no se ha vacunado, preguntar, encuestar", señaló.
Con el fin de incentivar la inmunización, desde el 10 de diciembre, el gobierno dispuso la exigencia del carné de vacunación para acceder a lugares públicos, cerrados o hacer viajes interprovinciales. Y las primeras tendencias informadas por el Minsa, hablan de un interés crecientes de un grupo de rezagados de, por fin, colocarse la vacuna.
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