Un artículo de rápida lectura que recoge creencias e interpretaciones populares sobre los ´wayras´ y su significado en las familias del ande.
En agosto, en la zona andina de nuestro Perú, se presentan vientos que marcan el inicio del mes del Qapaq Situwa, mes de la Pachamama, el mes de las siembre del maíz, Sara Tarpuy y de la papa, Papa Tarpuy.
Es en este mes, que los vientos son conocidos como fenómenos atmosféricos, necesarios para la polinización de las plantas y para mantener el clima templado, para algunos; pero para otros, hay vientos malignos que producen enfermedades y hasta siembran la muerte.
Al respecto, el doctor Ángel Avendaño Farfán, reconocido estudioso dijo al respecto, “…hay vientos malignos que llevan la enfermedad y la muerte, y también hay de los otros, benéficos, que mantienen el clima estable cuando la temperatura se eleva mucho, pero éste es un concepto cristiano, español, incorporado con la conquista…”.
“El viento, (Wayra), siempre ha sido asociado a una presencia maligna y de género femenino”, agrega Avendaño Farfán, y relata “…los vientos –según estas creencias– son mujeres que enloquecidas mueven airadamente sus cabellos generando olas de aire. En el tiempo del Tawantinsuyo fueron conocidos, con el nombre de Wayras. Además debemos precisar …”, no que el Wayra, en el imperio, no fue considerado como una deidad, como el Sol (Inti), la Luna (Killa), Arco Iris (Kuychi), Apus (Montañas), Qochas (lagunas), Mayus (ríos), sino como una manifestación de poder de la Pachamama…”, precisa.
Vientos que enferman y vientos que curan
En el mundo andino quechua del sur peruano, existen varias definiciones como las del Diccionario de la Academia Mayor de la Lengua Quechua, que ha consignado varias denominaciones referidas a los vientos (Wayras), como:
-Los Soq’a Wayras, definidos como el “…viento maligno que produce parálisis…”, es decir el viento que produce la paralización de un lado del rostro, que es tratada con fuertes ramalazos de Ortiga, conocida en el mundo quechua como Kisa, que “…es una planta de la familia de las urticáceas, con hojas y tallos que poseen pilosidades urticantes que producen sensación de picaduras, por el ácido fórmico que contienen, pero que es medicamentosa para curar las parálisis faciales…”
- Del mismo modo, existe el “…Machu Wayra, que es el aire viciado que emana de las tumbas…”, que es producido por la descomposición de los restos humanos y contiene gases como arsénico, metano, fosfuro de hidrógeno y bismuto, que por las condiciones particulares del suelo, a veces se filtran a la superficie, siendo visibles en las noches, conocidos los Fuegos de San Telmo.
- También se refieren al “…Chiri Wayra, aire frío que recorre las pampas y punas…”, produciendo el atemperamiento del clima.
- Entre los vientos malignos está el “…Sullu Wayra, más conocido como Siklla, que es un viento que produce erupciones o granos en la piel…”.
Angel Avendaño Farfán al respecto, manifiesta además “…si tomamos la definición de Sullu que es aborto, podemos manifestar que Sullu Wayra, deviene de los Aukis, entidades de menor rango que los Apus, de quienes cuando se dice que recorren los campos, empreñan a las mujeres que se encuentran sentadas a las veras de los caminos, apareciendo posteriormente y sullu wayras, revoloteando sus polleras y provocándoles “pérdidas”. “Según la creencia popular si no hubieran sullu wayras, las mujeres se embarazarían de seres malignos, esto es por supuesto dentro de la cosmovisión andina…”, precisa.
Datos importantes:
En el Cusco, existe la danza Sikllay que parodia a los administradores de justicia, considerándolo tal vez, a la justicia como un viento, tal vez referido a lo etéreo y gaseoso de sus procesos y, sin dejar de pensar en lo maligno de algunas de sus sentencias.
De otro lado, el profesor Armando Valenzuela Lovón, en su libro “La civilización andina”, sostiene que “…la estación de Invierno era conocida en el Tawantinsuyo, como el Chirawa Mita, en la cual predominaban los fuertes vientos que calaban los huesos y el frío intenso que golpeaba el alma, con un paisaje yerto en el cual la Pachamama ‘duerme’ y descansa y las plantas mueren…”
En el Santuario de Machu Picchu, a la altura del km 87.5, se ubica un yacimiento arqueológico conformado por contrafuertes líticos y construcciones de factura inca finas, denominados Wayraq Punku, (en quechua Puerta del Viento) que a decir de algunos estudiosos muestra la importancia que asumían los vientos en la vida social del Tawantinsuyo y la connotación que esta tenía en el mundo andino.
Por. Adelayda Letona García
Lea más noticias de la región Cusco
Comparte esta noticia