Llegaron a trabajar en las minas artesanales de las provincias de Camaná y Caravelí, pero debido al estado de emergencia ya no pueden hacerlo y ahora solo quieren regresar a sus hogares.
Los pobladores trabajaban en las minas artesanales ubicadas en zonas alejadas de las provincias de Camaná y Caravelí, pero el estado de emergencia provocó que suspendan todas las actividades extractivas en el lugar y se quedaron sin trabajo.
La mayoría ya no tienen más ingresos, no pueden comprar alimentos ni pagar el alquiler de un cuarto. Por eso, decidieron retornar a sus ciudades de origen, algunos son de Puno.
La larga caminata la iniciaron hoy en la madruga. Avanzaron 30 kilómetros aproximadamente y cerca al mediodía fueron intervenidos por policías de la comisaria de Ocoña.
Los agentes ayudaron a 35 personas, entre ancianos y niños, a que lleguen hasta el distrito de Ocoña por su situación vulnerable. Mientras que la mayoría de personas continúan caminando.
Ante esta situación, la alcaldesa de Ocoña, Marilú Gonzales, hizo un llamado al gobernador regional, Elmer Cáceres, para que envíe buses que permitan su traslado a sus ciudades.
Otro grupo de 50 personas llegó esta mañana al ingreso de la provincia cusqueña de Espinar, provenientes de Secocha. Ellos realizaron un viaje de cinco días por una vía interprovincial que conecta las regiones de Arequipa y Cusco.
El personal del Hospital de Espinar les realizó las pruebas rápidas del nuevo coronavirus. Ninguno salió positivo, pero deberán cumplir una cuarentena de 14 días como medida de prevención.
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