Cincuenta mujeres de cinco comunidades cusqueñas prepararon desde el hilo, los colores y tejieron los símbolos que cerveza Cusqueña exhibe en la ciudad del Cusco.
Hace cinco meses la rica historia del telar cusqueño registró un nuevo hito: por primera vez se integró a un panel publicitario. El tejido hecho a mano encargado por Cusqueña, con más de 16 metros de ancho y siete de alto, se luce desde ese entonces en una avenida principal de la ciudad Imperial, con figuras y colores asociados al Cusco y a la marca cervecera.
Cientos de turistas y transeúntes se detienen a diario a observar esta obra única que transmite la sabiduría de una cultura milenaria. Sin embargo, no muchos conocen el gran trabajo que hubo detrás de este telar. Cincuenta mujeres tejedoras de cinco comunidades cusqueñas trabajaron juntas, desde la preparación del hilo, el teñido de los colores con pigmentos naturales hasta el tejido, que dio forma a los símbolos que ahora apreciamos en el Centro de Artesanos del Cusco, ubicado en la avenida Tullumayo.
Si uno presta atención a los detalles del telar, podrá apreciar figuras como el ´ñahui´, un símbolo creado especialmente para Cusqueña que representa una mirada que abarca el infinito y el sentimiento andino al mirar el paisaje. Otra figura representada en el panel telar es el ´pallay paqarly´ o la rueca, una herramienta esencial para realizar el tejido.
La elección de los colores también obedece a la simbología andina. El Inti o sol, la divinidad máxima en esta cultura, se traduce en el color amarillo. El rojo representa la fertilidad de la tierra y la pasión que alienta a las personas a conseguir metas como el realizar este panel telar.
Por último, el enorme tejido no es el final de la historia, sino el inicio de un esfuerzo más grande: revalorar la sabiduría ancestral del pueblo quechua. Es en ese objetivo en el que la cerveza Cusqueña sigue trabajando.
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