Ubicado al norte de Lima, en la provincia de Canta, la tradición cuenta que en este distrito la santa limeña fue confirmada por Santo Toribio de Mogrovejo.
Hermosos paisajes agrestes, montañas propias de la serranía de Lima y un clima cálido todo el año. Así es Santa Rosa de Quives, distrito de la provincia de Canta. Este pueblo está ubicado a 2 horas al noreste de la capital y todos los años, en agosto, cobra importancia porque es el lugar donde Isabel Flores de Oliva, Santa Rosa de Lima, pasó parte de su adolescencia en el siglo XVI.
La historia cuenta que Isabel Flores, entonces de 11 años, se mudó con su familia a este pueblo porque su padre, don Gaspar Flores, debía administrar una mina. En su casa, empezó a sentir el llamado de Dios. Así lo explica el padre Manuel Cajahuanca encargado del santuario de la santa ubicado en este distrito. “Ella entraba mucho a la oración para ser muy solidaria con los trabajadores de la mina con sus padres”, dijo a RPP Noticias.
Lugar de encuentro de Santos. Santa Rosa fue confirmada en este distrito entonces arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, quien como ella, luego fue llevado a los altares. Sobre la llegada de este santo a Quives, nombre con el que se conocía a esta localidad antiguamente, Ricardo Palma escribió ‘Esquive vivir en Quive’, parte de sus Tradiciones Peruanas.
“Cuando viene él a confirmar a Santa Rosa, tres muchachos lo insultaron y él, en un arranque de furia, hace una maldición. Dice ‘pueblo desgraciado que no pasará nunca de tres familias’. A partir de ese momento la población se va diezmando. O sea, venía tres familias y ya la cuarta no quería vivir, decían ‘no, hay que esquivarlo a Quives, hay que irnos de Quives’”, contó Rodolfo Escudero, vecino del distrito.
Turismo en Quives. Además del santuario de Santa Rosa, en Quives se puede visitar también la reconstrucción de la vivienda que habitó y los fieles pueden depositar sus más profundos anhelos en el pozo de los deseos. También hay una réplica de la celda donde, según la tradición, pasaba varias horas orando. En el distrito viven unas 7 mil personas, cantidad que difiere de los entre 12 mil y hasta 15 mil visitantes que llegan allí todos años por la festividad de la santa patrona.
Los preparativos empiezan semanas atrás con la habilitación habilitando las vías de acceso, constantemente afectadas por los deslizamientos, y gestionando la seguridad. Este año, por ejemplo, se solicitó la presencia de 200 efectivos policiales. También se pondrán en marcha obras públicas para proporcionarles a los habitantes y visitantes una mejor experiencia
Distrito en crecimiento. “Es un proyecto de pistas y veredas que también contempla mejoramientos como malecones y caminata de peregrinaje. Es un proyecto bien interesante por un monto de ocho millones de soles”, cuenta el alcalde distrital, Virgilio Jeri. Estos proyectos también incluyen la construcción, casi culminada, de una plataforma para la práctica del canoping: deporte de aventura que consiste en deslizarse, a gran altura, desde un punto a otro mediante cables horizontales.
El tradicional pueblo también conquista a sus visitantes con sus potajes, entre los que se cuenta la pachamanca, el cuy y la trucha. Santo Rosa de Quives es un destino indispensable no solo en agosto, sino en cualquier época del año.
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