"Vamos a poner la vida si es posible", advierte una mujer que se opone a la clausura temporal de La Hermelinda, anunciada por la municipalidad.
"Vamos a poner la vida si es posible para que no cierren este mercado que es la fuente de trabajo de mucha gente, el municipio no tiene por qué entrar aquí, no lo vamos a permitir ¡Marcharemos hacia la plaza de armas para hablar con el alcalde!", exclamó una comerciante que fue seguida de aplausos y arengas de sus compañeros al exterior del centro de abastos La Hermelinda, el más importante de Trujillo, capital de la región La Libertad.
Hombres y mujeres dedicados a la venta de frutas, carne, verduras y otras productos se movilizarán este lunes para expresar su rechazo a la inminente clausura temporal de La Hermelinda, dispuesta por la municipalidad debido al alto riesgo sanitario por la gran cantidad de basura que no se recoge. El cierre está previsto desde este martes 30 de abril.
"Nosotros pagamos al mes los tributos al concejo municipal por concepto de agua, desagüe y limpieza, pero no tenemos (esos servicios)", subrayó Zoila Julián Ramírez, una de las 3 mil comerciantes de este mercado de propiedad privada.
Algunos vendedores culparon a los comerciantes informales de los desechos acumulados en vías como en la avenida Federico Villarreal, al exterior de La Hermelinda."No vamos a permitir que por unos ambulantes nos cierren el mercado. Así que los desalojaremos, y desde el lunes demostraremos al público una nueva Hermelinda, ya que con este mercado nos sustentamos a diario y educamos a nuestros hijos", expresó un socio fundador.
Golpeará la economía
Según los protestantes, los comerciantes dejarán de recaudar un millón de soles durante el cierre temporal, incluso, el público también se verá afectado debido a que los precios de los comestibles se incrementarán. "El costo del pollo y las verduras aumentará durante el tiempo que dure la clausura, ya sea una semana o 15 días; la ciudad será perjudicada".
La preocupación también embarga a jóvenes que se ganan la vida transportando en carretillas las compras de las amas de casa desde el puesto de venta hacia un auto y camión.
La oferta de esta mano obra se triplicó en los últimos meses, debido al ingreso de ciudadanos venezolanos, uno de los cuales estimó que a diario obtiene entre 15 a 20 soles y que esto le permite costear su alimentación, el alquiler de una habitación y enviarlo como remesa a su familia.
Otro joven confiesa que se mantiene alejado de la delincuencia trabajando como estibador, cargando costales llenos de mercancías.
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