Isla Santa Rosa: 3 mil habitantes solo tienen una posta sin equipamiento médico para atender urgencias

La isla Santa Rosa, ubicada en la provincia de Mariscal Castilla, región Loreto, se encuentra en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil y es una zona con muchas carencias en los servicios básicos que debe brindar el Estado a todos los peruanos.

Hasta ahí, llegó un equipo de RPP Noticias y constató que solo cuentan con una posta médica para atender a más de 3 mil habitantes. Dicho centro de salud primario está a cargo del odontólogo Juan Revilla quien, pese a las faltas en infraestructura y personal médico, señaló que hacen todos los esfuerzos necesarios para atender a los pacientes.

"Tenemos muchas carencias ya que este no es un hospital, es un centro de salud. Tenemos carencias en obstetricia por lo cual tenemos muchas necesidades de gestantes en el lugar", sostuvo.

Cruzar la frontera

Revilla señaló que, para acceder a atención médica especializada, los habitantes de isla Santa Rosa se ven en la necesidad de cruzar la frontera a Brasil en búsqueda del servicio médico que, lamentablemente, no encuentran en esa zona de nuestro país.

"A veces necesitamos referir al otro país lo que es el área de odontología, en la cual también tenemos un sillón que tiene más de 10 años ahí. Y tenemos muchas necesidades", explicó.

En su especialidad de odontología, Revilla indicó que el sillón con el que cuentan debe ser turnado entre los tres odontólogos para atender a sus pacientes. En ese sentido, precisó que necesitan dos sillones más para cubrir las necesidades diarias del lugar.

Promesas incumplidas

Juan Revilla indicó que el ministro de Salud, en una visita reciente a la región, prometió brindar mejoras en infraestructura e implementos médicos para la posta, pero que, lamentablemente, aún no ha cumplido con ello.

En la posta de la isla Santa Rosa trabajan 2 médicos, 3 odontólogos, 3 obstetras, entre otros especialistas de salud. En total, sumando al personal administrativo, son 34 profesionales que deben trabajar arduamente, pese a las carencias, para atender a los cientos de pacientes que llegan al lugar en búsqueda de atención médica.