En RPP, el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, señaló que se debería aprovechar los seis meses que se ha otorgado de ampliación del Reinfo para formalizar o iniciar una etapa de formalización de la pequeña minería en el país.
El presidente del Congreso de la República, Eduardo Salhuana, justificó la decisión de ese poder del Estado de aprobar el dictamen que amplía la vigencia por seis meses del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) y que permite a los mineros informales registrarse como trabajadores legales para continuar con su actividad extractiva.
En el programa Las cosas como son de RPP TV, dijo que “la formalización es un tema bastante complejo” que “tiene muchas aristas” y “atraviesa aspectos sociales, económicos y ambientales”.
“Creemos que el Estado tiene que darse ahora sí una oportunidad real, concreta, como una política de Estado, para que en estos seis meses que se ha otorgado de ampliación del Reinfo formalicemos o iniciemos una etapa de formalización real y efectiva de la pequeña minería en el país”, señaló.
Para Salhuana, no se concretó la formalización de la pequeña minería en los últimos años debido a que no hubo una voluntad por parte del Ejecutivo y de los gobiernos regionales. A este factor, apuntó, se suman otros como la falta de recursos, procedimientos "engorrosos" y la ausencia de programas de capacitación.
“No ha habido una decisión de Estado de decir 'vamos a separar la paja del trigo y vamos a irnos a la formalización con lo que sí desean hacerlo'”, indicó.
Salhuana Cavides admitió que la minería informal está penetrada por "diversos aspectos vinculados a la ilegalidad". "En el caso de Madre de Dios, tenemos un sector de la minería que se hace en una zona de amortiguamiento: la Reserva Nacional Tambopata. ¿Qué tenemos que hacer ante estos casos? Estrictamente aplicar la ley y tiene que intervenir la policía y la Fiscalía", añadió.
El viernes 29 de noviembre, el pleno del Parlamento aprobó la ampliación del Reinfo por 87 votos a favor, 19 en contra y 12 abstenciones, un hecho que desató la algarabía de cientos de mineros que se mantenían a la expectativa en los exteriores del Congreso, en el centro histórico de Lima.
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