Conforme avanza el cronograma electoral, los precandidatos se van rodeando de expertos. ¿Bajo qué contexto se dan estos acercamientos entre políticos y técnicos? RPP Noticias consultó con especialistas para explorar este panorama.
A medida que avanza el cronograma electoral, los precandidatos se van rodeando de especialistas o técnicos. Hasta el momento ha sido pública la afiliación de la exministra de Educación Flor Pablo al Partido Morado de Julio Guzmán y el acercamiento del exjefe del Instituto Nacional de Salud Ernesto Bustamante a Fuerza Popular de Keiko Fujimori. ¿Cómo se da la convocatoria de técnicos para la elaboración de planes de gobierno? RPP Noticias recogió el análisis de especialistas para explicar esta situación.
Bajo la premisa que el sistema partidario peruano es débil y precario, la relación entre los investigadores o técnicos y los partidos se caracteriza por ser informal y personalizado, señalan los especialistas consultados para este informe.
1. Acercamiento personal
Norma Correa, antropóloga e investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), explica que en principio los partidos políticos no deberían improvisar un plan de gobierno, sino que éste debería responder a su propuesta de visión de país. Sin embargo, lo que en realidad sucede es que se “reclutan especialistas a última hora”.
“En estas fechas, y ya los partidos habiendo formalizado candidaturas, van convocando y elaborando estos documentos, porque son documentos que tienen que presentar como parte del proceso de postulación”, dijo.
Jorge Morel, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), indica que no hay una relación orgánica entre centros de investigación y partidos políticos. Por el contrario, se trata de una relación muy marcada entre el candidato y los expertos que simpatizan con dicho candidato. “Hay ideas que unen, en determinadas coyunturas, a algunos expertos con algunos partidos y, sobre esa base, se arman las convocatorias. Por ejemplo, el apoyo de Elmer Cuba a Fujimori en el 2016. Son personas convocadas por el líder y que comparten algunos lineamientos comunes, [pero] más allá de eso, no hay nada más elaborado”, afirmó.
El investigador y columnista de RPP, Enrique Mendizabal, distingue entre los investigadores o técnicos que participan activamente en la elaboración de los planes de gobierno de los que solo brindan alguna asesoría u ofrecen información al candidato o jefe de plan de gobierno sobre un tema del cual son expertos. “Hay un grupo que sí participa activamente, porque tienen la intención de entrar en las planchas de futuros ministros o ministras. Entonces, ellos sí creo toman un rol de mayor liderazgo y están esperando ser convocados a algún ministerio en el caso salga elegido ese partido”, dijo.
Entonces, el acercamiento entre investigadores y candidatos suele producirse a través de los equipos encargados de armar el plan de gobierno. “Lo que típicamente pasa es que un investigador se acerca a los equipos de plan de gobierno. Y esa es una estrategia lógica de los mismos investigadores que prefieren que haya un intermediario entre ellos y la parte más política de los partidos, para que, si las cosas no van bien durante el proceso del desarrollo de plan de gobierno, siempre pueden dar un paso al costado, y decir ‘yo solamente vine a contribuir, no me he comprado la ideología, no voy a poner las manos al fuego por nadie’. Ese es el grueso de expertos que se unen a estos planes de gobierno”, dijo.
Morel evalúa que los ‘jales técnicos’ de los candidatos en términos de estrategia electoral es válida, debido a que la ciudadanía puede valorar que un candidato tenga un grupo técnico que lo respalde. “En principio es un punto positivo para el candidato rodearse de estas personalidades”, consideró. Sin embargo, a mediano y largo plazo, esa convocatoria “no es tan relevante”, debido a que un “plan de gobierno se considera que es papel muerto”.
“Cuando se piensa en think tanks [centros de investigación] se piensa en eso, en instituciones de investigación que una vez que gana el candidato que apoyan, esas políticas que han pensado en el papel, las trasladan al Gobierno. Eso en el Perú todavía no ha sucedido, eso es algo muy excepcional”, sostuvo.
2. Un llamado a la transparencia
Norma Correa y Enrique Mendizabal consideran que los técnicos o expertos que están participando en la elaboración de planes de gobierno deben transparentar su posición para así promover un debate público informado.
“Una veta que debemos levantar es que la transparencia también tiene que estar referida a quienes asesoran, a quienes elaboran los planes de gobiernos y a quienes son el grupo de expertos o especialistas alrededor de las candidaturas. Eso tiene que ser de conocimiento de la opinión pública”, dijo Correa. Y agregó que esto debe ser con el ánimo de promover un debate público “donde tengamos todos claros las posiciones desde las cuales estamos hablando”.
Mendizabal considera que es muy valioso que un investigador de un centro de investigación se acerque a la política. “Me parece importante que lo hagan, que no se queden publicando solo para la academia. Me parece bien que quieran aportar y participar en la política pública en cualquier manera”, dijo. En ese sentido, agregó que los roles que puedan tener en determinada candidatura deben ser transparentados. “Si no transparentan que han tenido conversaciones con este candidato o este otro, aun si no han firmado nada, creo que eso debilita las instituciones democráticas en general”, consideró.
Moral expone que muchos de los profesionales que pertenecen a consultoras, organizaciones, centros de investigación, think tanks no se quieren ver muy comprometidos con determinadas candidaturas por el riesgo reputacional que podría implicar. “Puedes terminar apoyando a alguien que no sea tan transparente. Hasta ahora mucha de la desconfianza de los investigadores de centros de investigación de involucrarse más con la política peruana está vinculado a eso”, dijo.
“En un contexto donde recién empezamos una nueva campaña electoral, sí me parece importante que haya una declaración de interés, pero entiendo las reticencias. Lo que se ha visto mucho es que cuando suceden estos intercambios-técnicos que van a apoyar a determinados candidatos- suelen tomar licencias de sus instituciones o suelen renunciar eventualmente para no querer involucrarlos”, agregó.
3. Desconfianza mutua entre los investigadores y los políticos
En el Perú, no hay una relación entre centros de investigación y partidos políticos en el que idealmente los primeros suministran de conocimiento a los partidos que consideran afines para la elaboración de un programa de gobierno y su implementación a través de mejores políticas públicas. Norma Correa apunta que las características de nuestro sistema partidario ha “dificultado la vinculación con las redes de especialistas”, por lo que “no ha habido vínculos de carácter más institucional”.
Jorge Morel indica que una de las razones detrás de la carencia de un vínculo más formal se debe a la desconfianza mutua entre partidos y centros de investigación.
“Por parte de los centros de investigación hay miedo a la política. Y miedo con razones: con el espectáculo que hemos visto de Odebrecht, meterse en política es muy arriesgado. Pensando en un hipotético think tank que quisiera apoyar a un grupo específico, si este tiene una trayectoria mediana y larga podría verse comprometido después a posibles escándalos”, señaló Morel.
Mendizabal agrega que los partidos son vistos por los centros de investigación como “cajas negras”. “No sabemos qué pasa adentro. Hay mucho riesgo que sucedan cosas que no son correctas, puede haber corrupción. En general, no son trasparentes”, indicó.
Por el lado de los partidos, la desconfianza radica, advierte Mendizabal, en que el político y técnico hablan en lenguajes distintos. “De lado de los partidos, en general, los políticos tienen cierta desconfianza al investigador o centro de investigación, porque el centro de investigación habla un lenguaje distinto y tiene tiempos distintos. Es decir, la investigación toma un año y el político necesita respuestas mañana”, indicó.
Adicionalmente, Morel señala que la desconfianza está más presente en las bases de los partidos que en las cupulas dirigenciales. “Para un militante de base, un think tank son unos señores que piensan cosas en abstracto, pero que no responden a las necesidades de las personas que ‘somos de este partido y que venimos de esta comunidad y que queremos ver determinadas obras hechas’”, señaló. “Frente al pensamiento técnico, algunas bases de partidos suelen ser más bien reticentes a considerarlos como parte del mismo proyecto, porque mal que bien un técnico te corta las alas: tú quieres hacer diez puentes en una región y el técnico te va a decir que con dos o tres puentes es suficiente”, añadió.
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