Germán Small Arana consideró que el personal administrativo de los penales "debe rotar cada tres o 6 meses" para evitar su "mimetización" con internos. Además cuestionó que la entrada y salida de las cárceles esté a cargo de privados.
Tras la fuga de seis internos del Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, conocido como ‘Maranguita’, ocurrida ayer, viernes, permanecen detenidos 5 educadores y 4 miembros del personal de seguridad de dicho establecimiento. Tras pasar las diligencias de ley en el Instituto de Medicina Legal, ellos continuarán en custodia policial, por haber sido detenidos en presunta flagrancia delictiva.
Esta fuga de internos se suma a un episodio similar ocurrido hace poco más de una semana, cuando un reo del Penal de Lurigancho, identificado como John Kennedy Javier Sebastián, escapó del centro penitenciario tras escalar la malla perimétrica y un muro. Lo ocurrido motivó la remoción del director del centro reclusorio y el relevo del personal de seguridad involucrado, así como “el reforzamiento de la seguridad interna y externa del penal”.
Ante esta situación, Germán Small Arana, exdirector ejecutivo del INPE y especialista en Derecho Penal y Penitenciario, en diálogo con RPP, consideró que las anunciadas reestructuraciones del sistema penitenciario y del Programa Nacional de Centros Juveniles (Pronacej), ambos adscritos al Ministerio de Justicia (Minjus), no tendrán efectos positivos en tanto no se aborden problemas de fondo, como la sobrepoblación en las cárceles nacionales.
"Uno de los grandes problemas que aqueja la situación carcelaria nacional en la excesiva población carcelaria. Sabe usted que la capacidad es de 41 000 internos y actualmente tenemos 100 100 internos, ¿dónde ubicamos a tanta población? Esa población necesita seguridad, porque la gente que está en cárcel es porque ha cometido algún delito o porque está en plena investigación sobre un hecho imputado. Entonces, la sociedad tiene la necesidad de que las cárceles estén seguras", señaló.
"Una de las respuestas que siempre ha dado el gobierno frente a un hecho como este de fuga es reorganización, reestructuración. ¿Qué reestructura usted con lo mismo que tiene? ¿Qué reorganización hace con lo mismo que tiene? El trato en el campo penitenciario debe ser uno en que el Estado asuma su responsabilidad, más cárceles. Yo sé que la única cárcel que están trabajando ahora es una en el interior del país y dos penales que se destrabaron, tanto de Ica como de Arequipa, recién entrarán en funcionamiento y una cárcel no se construye en dos días, por lo menos [requiere] dos o tres años", agregó.
Habría "corrupción generalizada" en sistema penitenciario
Small Arana señaló también que, sumado a la sobrepoblación de los penales, otro problema del sistema penitenciario es la "corrupción generalizada". Ante ello, señaló que el personal administrativo debería rotar, al menos, cada 3 o 6 meses.
"Una de las normas en el campo penitenciario es que el personal que trabaja en prisiones debe ser un personal que debe rotar cada 3 o 6 meses, porque si no se mimetiza, se junta con los presos, tiene la misma secuencia, tiene el mismo vocabulario y, al mismo tiempo, entra en la corrupción. La corrupción en cárceles ahora es generalizada. Eso debe ver el campo penitenciario", sostuvo.
"La corrupción generalizada, que crea la sobrecarga poblacional [...], atrae a empleados. No podría haber fuga sin ayuda y sin cooperación de empleados, generalmente. En Maranga se ha determinado, según la información, que ha tenido apoyo del personal penitenciario. En Lurigancho, se fugan en la vista y paciencia de los empleados. Entonces, los torreones, los lugares de seguridad deben estar total y absolutamente cubiertos en seguridad", acotó.
En esa línea, también cuestionó el anuncio del ministro de Justicia, Eduardo Arana, de privatizar parcialmente el sistema penitenciario, particularmente, el sistema de verificación de ingresos y salidas en los establecimientos carcelarios.
"He escuchado que se puede entregar en parte al privado las cárceles para efecto de control. No creo que eso sea conveniente, porque ya se había formado un grupo de élite que podía manejar todo lo que es la seguridad del establecimiento, pero esto tiene que estar en un solo mando. Si está en dos mandos y pasa algo se dice ‘no, corresponde a ellos, corresponde al otro’ y va a empezar la ruleta esta de los motines y de las reyertas en las cárceles", indicó.
"Creo que necesitamos inyectarle una proporción más de apoyo al personal penitenciario para que cumpla adecuadamente su función. Por ejemplo, se critica por qué no siguieron a ese interno que se está fugando. Si no tienen herramientas, si no tienen instrumentos, si no tienen armas con los cuales impedir, lógicamente el interno sigue caminando. Por eso es que la seguridad del establecimiento tanto externa como la policía interna debe ser totalmente coordinada. De lo contrario tenemos penales muy grandes, penales sobrecargados que están pasando inclusive a ahora los 400 y los 500 % de sobrepoblación carcelaria [...] El campo penitenciario debe mirarse como como una política de Estado, cambiar, reestructurar sobre lo mismo, sin que se inyecte nuevos penales, nuevos empleados penitenciarios, damos vuelta sobre lo mismo", puntualizó.
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