NIUSGEEK tiene a prueba un Versa 2, el nuevo reloj de Fitbit con un diseño premium, herramientas para detectar la actividad física, las horas de sueño e interacción con apps de taxi, música y viajes.
Los wearables aun mantienen una tibieza extraña en el mundo tecnológico, pues no llegan a ser tan necesarios como un smartphone, pero tampoco son tan prescindibles como una Tablet. Incluso el sector va desarrollando superposiciones con las smartbands y los smartwatches, que casi han fusionado los beneficios de cuantificación, pero que aun están separados por diseño. Uno de los que hace el balance entre diseño, autonomía y funciones deportivas es el Fitbit Versa 2, equipo que hemos tenido a prueba en NIUSGEEK.
Estas son las especificaciones del equipo
Resistencia y estilo
Estamos ante un reloj de formato cuadrado, con líneas un poco menos rectas que el Apple Watch. Si bien cuenta con bordes mucho más anchos frente al reloj de la manzana, este Versa 2 reduce la interacción con botones físicos con solo uno ubicado a la izquierda de la pantalla, sin corona lateral o bisel activo y lejos de los tres botones en la primera generación.
El equipo está reforzado en bordes con aluminio y Corning Gorilla Glass 3, por lo que no deberíamos tener mayor preocupación sobre goles y rayaduras. Sin embargo, siempre es bueno que lo protejas con una lámina sobre el panel AMOLED que, dicho sea de paso, cuenta con una extensión de 300 x 300 píxeles.
En la parte inferior tenemos el sensor cardíaco y los pines de carga. Lo bueno del equipo es que podemos cambiar la correa sin problemas, pues su sistema retráctil es sencillo, y la medida de 40 mm es muy popular.
Al lado derecho del reloj tenemos un micrófono para interactuar con las apps que soporten audio, como WhatsApp o Alexa, entre otras.
Si bien recuerda al Apple Watch cuando lo vemos de reojo, tiene un aspecto más de “burbuja” y menos recto. Lo malo es que el grosor de los bordes se nota y mucho cuando vemos contenido de otro color.
Pantalla más útil en más espacio
Frente a la generación anterior que contaba con un IPS, este panel AMOLED es más luminoso y amplio, logrando niveles de hasta 1000 nits de brillo. Incluso con la opción para reducir brillo, la luz que emite es fuerte. Eso puede ser un poco molesto cuando ves el reloj en medio de la noche.
Además, este nuevo panel permite el modo “Always On”, una configuración que mantiene la pantalla encendida, pero en bajo consumo, básicamente para ver la hora y otras stats del equipo. Esta opción podría consumir más rápido la batería.
La respuesta táctil del panel ha mejorado, pero debeos usar el botón lateral como HOME, lo que rompe un poco la armonía de movimiento sobre la pantalla.
Lo malo es que, a pesar del gran detalle de la pantalla y los colores, el watchface es reducido frente a los bordes. Los ángulos de visión tampoco son los mejores frente a Huawei y Samsung, pues en el ángulo 30/150 ya comenzamos a perder color y precisión.
Software en proceso de madurez
Hablamos de un sistema propietario bajo el nombre Fitbit OS. Aun esperamos en diciembre la llegada de la versión 4.1, pero esta nueva capa nos permite conocer las bondades del sistema. Eso sí, es un poco anticuada frente a watchOS o TizenOS.
Este sistema cuenta con una interfaz que se desliza a la izquierda, mostrando todas las apps en grupos de cuatro por cada espacio disponible. Podemos ajustar el orden de estas aplicaciones a nuestro gusto, pero no podremos borrarlas desde el reloj. Tenemos que hacerlo desde el smartphone.
En la pantalla principal tenemos el watchface, y con un gesto hacia arriba accedemos a la estadística de pasos, calorías, horas de sueño y toda la información obtenida por los sensores. Un swipe hacia abajo nos trae las notificaciones y la barra rápida de configuraciones, que integra el brillo de pantalla y el “No Molestar” entre otras características.
El botón lateral permite llamar a “Alexa”, el asistente virtual de Amazon. Con este sistema, podemos usar el equipo mediante comandos de voz, y solicitar el clima u otro pedido de búsqueda. No queda muy claro si, tras la venta de Fitbit a Google, este sistema vaya a cambiar a Google Assistant, pero Alexa resulta confiable para los datos solicitados y los comandos para alarmas y recordatorios.
En el caso de los ejercicios, el reloj cuenta con varias suites. Hay diferentes rutinas que podemos monitorear inmediatamente, pero requerimos establecer conexión con el teléfono para habilitar el GPS. Es, seguramente, uno de los detalles a considerar. A diferencia de otros relojes que cuentan con GPS integrado y nos evitan llevar el teléfono con nosotros, en este caso debemos ir con el smartphone.
Además de estas sesiones, contamos con un modo “Coach”, que nos permite seguir rutinas preestablecidas para reducir las abdominales o sesiones para trabajar los pectorales. Lo bueno es que podemos detener la rutina y seguir observando las notificaciones, pero el sistema está pensado para mantenerte enfocado en el ejercicio.
Si queremos salir con el Versa 2 a correr sin el teléfono, podemos precargar de música el dispositivo hasta con 300 canciones en resolución estándar – mp3 a 128 kbps -, pero esto no incluye Spotify. En el caso de esta plataforma de streaming, contamos con una app nativa dentro del reloj, pero solo puede ser usada si contamos con un paquete “Premium”.
Hablando de apps, pues tenemos varias. Uber, United Airlines, Starbucka, Strava y otras están disponibles en la plataforma desde el teléfono. No contamos con un App Store en el reloj, lo que resulta siendo una molestia. Para administrar el reloj, debemos usar la app para iOS o Android. Esta dependencia es terrible, frente a otras marcas que cuentan con un propio sistema de descarga desde el reloj. Incluso solo podemos usar un solo watchface, pero vamos a poder guardar hasta 5 en una futura actualización.
Es este punto en donde Fitbit OS puede enganchar a los usuarios: las actualizaciones anunciadas. Además del empuje que revivirá de Google, este Versa 2 tiene rango de crecimiento y adaptación.
Punto aparte, el apartado de relax es un éxito. Seguramente pasamos por alto esos momentos en donde podemos sentarnos a estabilizar nuestra respiración, pero este Versa 2
La ejecución: pieza clave de un smartwatch
Más allá del software, debemos saber cómo funciona el equipo. Quiero desmenuzar este apartado en varios puntos sobre mi experiencia:
La resistencia al agua es formidable. No he tenido mayor problema con piscinazos o duchas rápidas mientras usaba el reloj. La protección le permite llegar hasta 50 metros de profundidad, así que es un buen compañero de brazada.
La vibración es muy buena. Si bien hablamos de un equipo que pasa la mayor parte del tiempo pegado a nuestra muñeca, el motor de vibración es muy gentil, y podemos dejarlo en “normal” o subirlo a “fuerte”. Esto lo vas a agradecer para las alarmas silentes al despertar.
Monitoreo del sueño muy preciso. Y ya que hablamos del sueño, este equipo analiza muy bien nuestros estados de sueño. A diferencia de lo que hace el Mi Band 4 o el Huawei Watch GT 2, este Versa 2 detecta esos momentos cortos de sueño muy ligero en donde parece que despertamos. Además, podemos automatizar la presencia del “screen off”, y así evitar que el fuerte destello del panel nos despierte.
Mayor provecho para las respuestas. En el caso de las notificaciones, el equipo nos permite contestar por voz o texto a mensajes de WhatsApp y otros. Podemos establecer las apps prioritarias para recoger notificaciones, y matar todas con el modo “No Molestar”.
La conectividad aun requiere trabajo. Para sincronizar Spotify, por ejemplo, el reloj demoraba en acoplarse al smartphone. Lo mismo me ocurre con las apps de Uber o United, que no actualizaban la información de manera eficiente. Ha sido el dolor de cabeza constante.
El giroscopio va 8 de 10. En ocasiones, el equipo no respondía al giro de muñeca para mostrar información. Tenía que desbloquear el equipo con el botón para ver la hora varias veces, pero casi siempre respondía al movimiento.
El botón merece más funciones, pero menos presencia. Prender la linterna, por ejemplo, me resulta más útil que hablar con Alexa. En general, prefiero regresar al HOME con un barrido desde cualquier app, y ver la hora más rápido. El proceso de estar dando varios tabs al botón hasta llegar al reloj me parece molesto y demasiado largo.
La insufrible app del teléfono. Si buen podemos encontrar toda la data gestionada por el equipo en el teléfono, la sincronización es muy lenta. Cambiar un watchface, por ejemplo, nos toma poco menos de 15 segundos. En otros sistemas, que nos permite guardar watchfaces, el cambio demora solo un segundo. Descargar las apps y sincronizar las cuentas es un proceso muy pesado que no se automatiza, como sí ocurre con otros sistemas como TizenOS, WearOS, watchOS y hasta LiteOS.
Sin migración de datos nativa, pero siempre hay solución. Una de las desventajas del Versa 2 es que no podemos exportar, de manera nativa, los datos a un sistema de nube más eficiente y que recoja datos de otros dispositivos. Suelo trabajar mucho con Google Fit y este equipo no permite trasladar los datos a esa plataforma. Sin embargo, he venido utilizando la app de Android Fit2Fit, y la sincronización de datos es realmente eficiente.
Una autonomía que destaca, pero podría ser mejor
En promedio, mantuve con vida al equipo por seis días seguidos, lo que me deja a tiro de gol para una rutina más sana de carga los fines de semana, por ejemplo. Con esta duración, debería variar mi día de carga.
Para la carga completa, el Versa 2 requiere un par de horas completas. El accesorio para cargar el reloj es bastante seguro, y en la pantalla tenemos el nivel de carga en todo momento.
Fitbit nos ha mencionado que la nueva actualización de diciembre nos traerá mejoras considerables a la vida útil del equipo, pero seis días ya me parece bastante frente a Samsung, por ejemplo.
¿Vale la pena?
Estamos ante un equipo enfocado en ejercicios, pero dotado con otras funciones que ayudan a una mejor experiencia en otras áreas, como el descanso y el control de nuestro ritmo cardiaco. Es un equipo cómodo, que casi no se nota por peso, y que tampoco molesta al dormir.
Durante mi tiempo de uso, he tenido sinsabores con la conectividad y en el paso de datos entre el reloj y el teléfono, pero asumo que esto es algo que podría mejorar con software.
Es un smartwatch que está en el punto medio entre autonomía, diseño y funciones, pero que aun debe mejorar la estabilidad de sus procesos. Como compañero de rutinas es formidable, pero como accesorio de interacción con el teléfono no me ayuda.
Creo que, a futuro, este equipo será mejor y tendrá mejores soluciones. Hoy tiene una carga realmente buena, un tremendo diseño y un software con potencial. Pero apostar hoy por él es para gente paciente. Te diría: ve por él, pero dale un tiempo hasta que cuaje bien. Porque todo apunta a que va a cuajar.
* Equipo cedido para reseña por Fitbit de manera local. Usé el equipo desde el 15 de octubre hasta la publicación de esta reseña
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