NIUSGEEK pone a prueba a la A7C la cámara compacta de Sony con lentes intercambiables y con sistema de enfoque en tiempo real.
Sony se ha vuelto, a pulso, en el nuevo estándar de los creadores de contenido. Hasta hace unos años, decir “uso cámara Sony” era casi una incitación al bullying, pero la marca japonesa ha demostrado que supo tomar mejores decisiones que otras firmas y hoy, con todo derecho, se ha ganado el lugar que tiene en el mundo audiovisual. Un ingreso a este mundo es la cámara que NIUSGEEK tiene a prueba: la Sony A7C.
Estas son las cosas que debes conocer del equipo:
Un tamaño intermedio. Frente a la ZV-1, esta Sony A7C no parece tan desafiante. Como usuario de una Canon 70D, la reducción de proporciones de la A7C me pareció, honestamente, más natural que la misma ZV-1, en el estricto sentido del viaje de los dedos hacia las opciones y el agarre del lente. El sistema de botones es casi una réplica de todos los modelos de Sony, así que la curva de aprendizaje no es tan grave si te has mantenido fiel a la compañía japonesa. Eso sí, se agradece que el cuerpo esté sellado.
Mandos con ausencias. A falta de una segunda rueda – solo tenemos una multifunción en la parte trasera -, Sony ha acomodado un corrector de exposición al extremo derecho y cerca al botón rojo de grabación de video, a una distancia cómoda del disparador de fotos con palanca de encendido. El selector de opciones aparece cerca de la joroba, y el botón MENU aparece muy cerca de la zapata del equipo. Lamentablemente, la pantalla no permite la interacción táctil en el menú y solo para enfoque, un clásico de Sony.
Lo bueno y lo malo de la pantalla. El color de este panel es tremendo, y cuenta con buena luminosidad bajo el sol, lo que la convierte en un compañero ideal para el video. La bisagra de la pantalla es genial, pues se adapta suavemente a cualquier posición que necesitemos. Lo malo es que, al tener el botón MENU al centro de la parte superior de la pantalla, nuestra mano roza el sensor de proximidad y cambia a modo ViewFinder, una opción que nos permite apagar la pantalla mientras acercamos el rostro. Para rematar, el ViewFinder no tiene una protección ocular, y debemos buscar una manera cómoda de evitar el ingreso de luz.
Gran trabajo con los conectores. Al tener puertas separadas más firmes, el uso de la pantalla giratoria no se interrumpe. Podemos usar el ingreso de micrófonos y no bloquea el panel. Además, contamos con puerto USB-C, micro HDMI e ingreso para SD – aunque solo uno -.
Adiós al joystick AF. A diferencia de otros modelos de Sony en el mismo rango – como la A7 III – el nuevo sistema AF no requiere el tradicional joystick de enfoque automático de Sony. De hecho, tenemos hasta 7 modos de enfoque listos en la cámara, aunque terminaremos usando los tradicionales. Lamentablemente, el lente 28-60mm F4-5.6 que vino con el equipo no me ayudó mucho a tener objetivos cercanos, pero su trabajo en el foco es fenomenal.
Sensor completo en tamaño compacto. Es, seguramente, el gran elemento a considerar de este equipo. Para ser un modelo “de entrada” – bueno, si para ti 1 800 dólares es un precio de entrada -, tener este señor CMOS BSI Full Frame de 24MP ayuda mucho a obtener más luz y más información. Ojo que el sensor incluye una estabilización de cinco ejes, y eso se agradece en tomas que requieren más distancia focal o más control de movimientos rápidos.
¿Qué tal las fotos? He puesto esta A7C a prueba junto con otros equipos, pues ha sido la cámara usada para varias reseñas de NIUSGEEK. Como verás, he podido trabajar sin problemas en diferentes condiciones lumínicas con este equipo, y casi todo disparado en AUTO.
La autonomía y los beneficios del puerto C. En este caso, podemos contar con una hora y media aproximada de autonomía, gracias a la batería NPFZ100 incluida. Lo bueno es que podemos añadir un powerbank mediante el puerto USB-C y mantenernos con energía por largas sesiones. No he tenido problemas de recalentamiento en el equipo, aunque ya con resolución 4K a varios minutos, o usando el equipo como webcam por algunas horas incrementaba la temperatura. No a niveles dramáticos, pero sí un poco de temer.
¿Vale la pena? Es un poco complicado partir con un precio de 1 800 dólares, pero es una buena excusa para pisar “terreno Sony” con lentes intercambiables. Estamos ante un entry level que te va a permitir crecer dentro del sector, pero también tendrás un buen compañero de tamaño cómodo y buena calidad de imagen. Eso sí, busca un lente más amplio en ángulo y añade un prime de gran apertura. El sensor puede ser mejor explotado sin ese lente que viene en la caja. Si buscas tu primer equipo Full Frame para video, es una buena manera de empezar, aunque tengas que lidiar con uno de los peores menús de configuración.
* Equipo cedido a préstamo por Sony Perú desde el 23 de febrero hasta la publicación de la reseña
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