Tras varias semanas de prueba, ya podemos compartir nuestra opinión sobre la quinta generación de Mi Band de Xiaomi, uno de los formatos más sólidos de la marca china para el control de la salud.
Este 2020, el cuidado de la salud ha ganado un protagonismo inusual. Diversas marcas han invertido tiempo e investigación en el desarrollo de dispositivos que nos permitan monitorear nuestra actividad física en varios niveles, y muchas han levantado su propio estándar para no ser alcanzadas por la competencia. NIUSGEEK tiene a prueba la Mi Band 5 de Xiaomi, y, tras varias semanas de prueba, podemos poner en perspectiva dos factores fundamentales: Las mejoras respecto a la Mi Band 4 y las diferencias con la Fitbit Charge 4.
Estas son las especificaciones del equipo:
Estas son las cosas que debes saber de la Mi Band 5:
Más pantalla y mejor reacción al tacto. Hablamos de una superficie ligeramente mayor respecto al modelo 4. En verdad, la diferencia es mínima, pero se agradece que haya un poco más de panel para datos un poco más grandes. Además, es ligeramente más curvo y ancho que la versión anterior, y con una mayor densidad de pixeles. La tonalidad de los colores es ligeramente más intensa en el Mi Band 5, lo que mejora el visionado de contenido bajo la luz directa.
Nuevas funciones para la cámara y la salud. Esta nueva versión de Mi band incorpora un disparador de fotos a distancia usando la aplicación de cámara, un trigger bluetooth eficiente para las tomas de grupo o que requieren tener el equipo un poco a distancia. Además, contamos con aplicaciones para la respiración y la relajación, con intervalos de respiración para medir el nivel de estrés.
Mejor generación de sensores. Las nuevas mediciones de sueño y respiración son más precisas, sin dudas. Esta generación sigue estando lejos de Fitbit en este punto, pero se han acercado mucho en relación con la MB4. En esta ocasión contamos con sensores PPG -la fotopletismografía permite usar luz para medir el volumen de un órgano -, giroscopio y un motor vibratorio para las notificaciones y alarmas silentes.
Mayor precisión en la métrica. Este conjunto de sensores permite que la medición de actividades cardiacas tenga un intervalo de hasta un minuto entre registros, lo que permite recoger más data para analizar, y diferenciar estados durante el relajo y las sesiones de ejercicios. Eso sí, debido a las limitaciones de los sensores en tamaño y distribución, los resultados podrían estar un poco más lejos de medidas tomadas con un versa 2 o un Active 2 de Samsung. Sub embargo, se impone en calidad de reconocimiento a la Mi Band 4.
La ciencia del sueño. Con esta versión, llega la medición de siestas, un elemento ausente en otras versiones del Mi Band y que es un estándar para otras marcas. Con esta actualización, el monitoreo de las horas de sueño se ha vuelto más eficiente y detecta mejor los niveles de sueño frente a la Mi Band 4. Y las dormiditas de tarde también se miden.
Mejor sistema de carga, pero menos autonomía. El dock de carga del Mi band 4 se simplifica con un puerto magnético en el 5 que, si bien sigue siendo propietario, reduce al mínimo el espacio que ocupa sobre la mesa. En poco más de dos horas, la carga va de cero a 100%. Aquí si hay una diferencia marcada, pero que favorece a la MB4. Al tener una pantalla un poco más grande, una batería más pequeña y una secuencia constante de mediciones cardíacas automáticamente, el consumo energético pasa de 3% al día (MB4) a 5 o 6% (MB5). Con la versión anterior podía llegar hasta los 25 días, con un drenaje veloz desde el 15% hacia el final de la carga. En este caso, he logrado hasta 18 días de uso continuo y repitiendo la configuración de la MB4.
Sin GPS integrado. Una de las limitaciones de esta versión, debido al tamaño de la unidad, es la ausencia de GPS sin el teléfono, una función que podría ayudarnos a dejar el equipo en casa y salir sin tanto por llevar. La falta de esta condición produce que las métricas no sean las correctas en distancia, lo que es una pena porque el podómetro funciona muy bien desde la Mi Band 3.
Falta de servicios adicionales. Aquí es donde se evidencia una enorme desventaja frente a Fitbit,v una marca 100% dedicada al mercado del bienestar mediante su línea de productos. Es ahí en donde Xiaomi, al ser una marca con tantos productos, pierde consistencia. En verdad, no tenemos beneficios complementarios más allá de lo que la app Mi Fit nos da. Ojo, no está mal, pero el mercado empuja otras experiencias y evidencia los descuidos. Si buscas un mayor acceso a datos desde una marca concreta, con ninguna Mi Band tendrás recursos online para rutinas de ejercicios y consejos.
Migración de datos a Google Fit. Este es uno de los elementos fuertes de Mi Band: la aplicación Mi Fit. Con ella, podremos monitorear toda la actividad alojada en nuestro equipo y sincronizar la data con servicios externos como Google Fit – algo que hago desde que uso la primer Mi Band -, además de complementar la métrica con los productos de la compañía. Dese aquí vemos los puntos PAI, una idea que refuerza las recomendaciones de salud efectuadas por la OMS para movilidad. También podemos personalizar la imagen en la pulsera, configurar alarmas
¿Vale la pena?
No dejo de usarlas, y son un punto de referencia en el mercado de Smartbands desde este lado del mundo. Sin embargo, es evidente que no todo el peso protagónico de un producto recaiga sobre el equipo, en épocas en donde las experiencias que complementan al producto se han vuelto indispensables. Si no te importa mucho el tema de suscripciones para consejos y rutinas, la Mi Band es tu pulsera ideal. En todo caso, la 4 no deja de ser buena frente a este pequeño upgrade. Si lo que buscas es un equipo con GPS y que integre un modelo que monitoree mejor tu actividad, aunque con menos autonomía, el Fitbit Charge 4 podría ser mejor opción, pero requieres un poco más de dinero.
* Equipo cedido por Xiaomi desde el 13 de octubre hasta la publicación de esta reseña
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