NIUSGEEK tiene a prueba al Fitbit Charge 4, la pulsera para monitorear la actividad física que incluye GPS y diversos sensores para detección de niveles de sueño.
Los hábitos de movilidad en el mundo han cambiado, y la cuarentena por COVID-19 es gran responsable de que el enfoque tecnológico sobre los dispositivos vestibles haya girado hacia el cuidado de otros detalles, como el estrés y los trastornos de sueño. Con el tiempo, la madurez de estos sistemas ha permitido que las métricas sean mejores y de provecho para el rumbo de nuestras decisiones en alimentación y deportes, y las smartbands se han vuelto equipos más frecuentes en las muñecas de nuestros contactos. Una de las marcas más importantes es Fitbit, y es esta cuarta generación de Charge la que ha llegado a las manos de NIUSGEEK para reseña. Esto es lo que opinamos de la Fitbit Charge 4.
Repasemos las especificaciones del equipo:
Estas son las 10 cosas que debes saber sobre el equipo:
Las mismas líneas que el Fitbit Charge 3. Estamos ante un diseño continuista, que toma referencias del modelo previo para reforzar el look del equipo. Hay algunos cambios respecto a los materiales, pues ahora el plástico abunda frente a detalles que en el pasado eran de aluminio. Más allá de un tamaño más grande y el botón lateral – que de hecho no es un botón, sino una superficie con repuesta háptica – son lo más destacado de la apariencia del Fitbit. Es un poco más ancha que las Mi Band de Xiaomi, y l contenido se luce un poco mejor, a pesar de tener panel monocromo.
Interfaz simplificada. Es lo que más me gusta, respecto al Versa 2. Aquí el espacio ayuda a que los gestos sean mejor reconocidos, el campo de visión sea más vertical que horizontal – es mejor ir de arriba abajo que de lado en los relojes de este tipo – y podemos configurar nuestros accesos directos a métrica que consideramos relevante: el tiempo de sueño, los pasos, latidos del corazón, la cantidad de agua que tomamos, entre otras. La pantalla responde a gestos verticales y horizontales: desde arriba tenemos las notificaciones de apps, desde abajo la métrica y hacia la derecha el acceso a apps y rutinas de respiración y ejercicios.
La poca amabilidad de la app. Cuando probé el Versa 2, la experiencia del software me pareció realmente limitante para disfrutar de su uso. En el caso del Fitbit Charge 4, tenemos que enfrentarnos a la misma interfaz. Ojo, es una suite muy completa, y aloja nuestros datos sin problemas, establece nuestras metas claramente y nos permite acceder a info valiosa. El tema de la sincronización ha mejorado un poco, pero yo cambio mucho de teléfono por pruebas, y el proceso de pairing con el nuevo equipo no es tan veloz. La velocidad de carga de datos ha mejorado, pero aun por muy poco.
Compatibilidad con “Zona Activa”. La Fitbit centra su capacidad en acompañar tus rutinas y permitir una medición concreta del ritmo cardiaco, en base al esquema propuesto por la OMS para mantener una vida sana y que requiere una serie de objetivos a lo largo de la semana. Estas nuevas condiciones requieren que mantengamos un promedio mínimo dentro de la “Zona Activa”, y establecer rutinas que nos ayuden a mantenernos en esa zona de manera eficiente con ejercicios. El equipo ya viene listo para responder a esa métrica, y notifica en tiempo real cada vez que logramos la “Zona Activa”: 150 minutos de ejercicio moderado a la semana o 75 minutos de intensidad. Todo se reporta directamente a tu muñeca.
Tiempo para el relax. El complemento perfecto para la actividad física está en una terapia de relajación que podemos sincronizar con mensajes precargados en la app Fitbit. En este caso, el asistente nos guía en el proceso de respiración para lograr estabilizar el humor o bajar el estrés. La terapia es acompañada con contenido disponible en el smartphone desde la app de Fitbit.
Notificaciones de todo tipo. Podemos recibir mensajes de casi todos los servicios que tenemos disponibles en el smartphone, incluyendo las notificaciones de recarga de juegos. En mi caso, tengo habilitada la opción de Airline Commander para que me avise cuando un piloto ha llegado a tierra. Si hace eso, es capaz de ayudarte con tus notificaciones.
GPS de gran ayuda. La inclusión de un tracker nos permite un mejor registro de nuestros pasos, y eso es un gran punto a favor de esta banda. Para hacerlo funcionar, debemos iniciar una sesión de ejercicios, y el equipo no debe estar bajo techo para conectarse mejor. Es bastante preciso, pero el uso excesivo drena la batería del Charge 4 bastante rápido.
Gran análisis del sueño. Es la mejor parte, por encima de la Mi Band 5. La enorme cantidad de sensores permite reconocer las variaciones dentro de las etapas de sueño, y analiza mejor el descanso durante la noche. Podemos puntuar nuestra calidad de sueño, establecer notificaciones adaptadas a las rutinas y comparar nuestro score. ¿Lo más relevante? La variación estimada de oxígeno durante el sueño. Fitbit ha logrado identificar en algunos estudios que grandes cambios en estas métricas podrían ser señales de problemas de COVID-19, así que se agradece tener la posibilidad de ver cómo estas cifras son usadas para disparar alertas sobre nuestra salud.
Semana de uso. Respecto ala comodidad, se adapta mejor al cuerpo que la Mi Band 5, sobre todo en el arco de la muñeca. El botón de la izquierda se me hace un poco más complicado de activar por el viaje adicional que el pulgar debe realizar, y me hubiese gustado un sistema más parecido al “two tap to wake” o un sensor en la parte inferior de la pantalla. La visibilidad bajo luz directa anda bien, no es incómoda durante las duchas o las horas de sueño, pero he sentido cierta comezón cuando el equipo se ajustaba demasiado. Ojo que es un tema mío, y me pasa constantemente con smartwatches y bandas. Siento un producto más premium que la banda de Xiaomi, sin dudas. En el tema de la batería, seis días han sido suficientes para hacer una rutina de carga: lunes a sábado uso el equipo, y domingo lo cargo cuando se apaga. No he tenido mayor alteración en ese circuito.
¿Vale la pena? En un mercado en donde existe el Mi Band, el único elemento que realmente puede ayudarte a decidir es el GPS incluido y el acceso a productos como Fitbit Premium con un coaching de alto nivel para tus propósitos. Más allá del equipo, Fitbit ofrece experiencias y métodos para obtener resultados, algo que Xiaomi no ha sabido ofrecer pese a su éxito con la Mi Band. Contra la propuesta de wearables de más tamaño de pantalla, color en las notificaciones y mejor gestión energética, la Charge 4 puede ofrecer otros beneficios. Y lo logra. Es, de lejos, el acceso más económico a soluciones más amplias, aunque eso la pone en desventaja en especificaciones. Ve por ella si realmente necesitas un servicio como el de Fitbit.
*Equipo cedido por Fitbit para reseña desde el 7 de setiembre hasta la publicación de la reseña
Comparte esta noticia