Durante el UNPACKED de Samsung, RPP visitó Busan, una ciudad coreana al sur de Seul y que compite contra Riyadh y Roma por ser sede de la EXPO 2030, el evento global que propone el lema "Transformando nuestro mundo, navegando hacia un futuro mejor".
Una ciudad inteligente no es, necesariamente, aquella que incluye toda la tecnología en beneficio de sus ciudadanos. Muchas veces, las ciudades inteligentes son aquellas que toman decisiones en beneficio de sus ciudadanos basándose en datos y recolección de información. Una ciudad inteligente, entonces, es la que toma decisiones inteligentes. Como parte de nuestro viaje a Corea del Sur, para cubrir las incidencias del UNPCAKED 2023 de Samsung, tuvimos la oportunidad de conocer una de las ciudades inteligentes con capacidad para convertirse en la sede de la futura EXPO 2030, el evento global que busca ser la plataforma en la que los países de todo el mundo compartan sus ideas y soluciones a estos retos: Busan.
“¿Por qué Busan?” fue la pregunta que rondaba mi cabeza mientras tomábamos el tren que nos dirigía desde la estación Jung-gu en Seul hacia Busan o “Puerto de la Montaña”, nombre que evoca la desembocadura del río Nakdong, en la base de las montañas Taebaek. Este viaje en tren – sí, el que inspira la épica película coreana de terror “Tren a Busan” – dura un promedio de 3 horas para cubrir una distancia ligeramente mayor a la que hay entre Lima a Ica, pero llevando 363 pasajeros a una velocidad máxima de 300 km por hora y con un ticket promedio que, al cambio, oscila entre 80 y 140 soles por la clase del vagón que abordas.
Esta es, creo, la primera decisión inteligente. Optimizar el tiempo de 100 mil personas diarias y permitir con ello que ciudades satélites y cercanas puedan convertirse en ofertas viables para la vivienda y el entretenimiento es una inversión que se compensa con la calidad de vida y el acceso a oportunidades educativas y comerciales, y que es aplicable a distancias de este tipo.
Al llegar a Busan, tras un viaje tranquilo y sin detenciones arbitrarias para recoger pasajeros, uno se encuentra directamente con la cotidianeidad de la segunda ciudad más importante de Corea del Sur: barrios tradicionales, muchos negocios, transporte ligeramente pesado, señalización bilingüe y otras condiciones urbanas que nos ubican en una zona de evidente desarrollo. Sin embargo, esta es la zona más “tradicional” de Busan.
Una ciudad lista para el futuro
La organización nos llevó en bus hacia el terminal Marítimo Internacional, una de las bases para la campaña surcoreana en esta tarea por convertirse en sede de la EXPO mundial y tomar la posta de Osaka este 2025 frente a Riyadh y Roma, las otras ciudades que compiten por ese honor. Sin embargo, esa no será tarea fácil en función de lo que presentan las otras candidatas.
Roma propone el tema "Personas y territorios: regeneración, inclusión e innovación” y busca mostrar cómo el desarrollo sostenible puede ser un motor de crecimiento económico y social para mejorar la calidad de vida de las personas. Roma también quiere destacar su papel como ciudad histórica y cultural, y como centro de innovación y tecnología.
Riyadh compite bajo el lema "Uniendo mentes, creando el futuro". La ciudad quiere utilizar la Expo como plataforma para promover la cooperación internacional y el intercambio de ideas, además de mostrar cómo está transformando su economía y sociedad para convertirse en un centro global de comercio, inversión y turismo.
En este enorme complejo, tuvimos la oportunidad de conversar con Hwang Hyun-ki, subdirector de la ciudad metropolitana de Busan, y compartió varios detalles sobre las ambiciones que tiene la nación sobre este evento, además de responder a RPP si Busan tiene u plan B en caso no logre ser la sede de la EXPO:
“El proyecto de reurbanización comenzó mucho antes de que comenzara nuestro plan para la Expo Mundial. Como puede ver afuera, es un proyecto en curso. Ya está en marcha, por lo que incluso si no logramos albergar la Expo, este plan de reurbanización continuará. El sitio se puede dividir en dos partes principales. Un sitio es donde completaremos el trabajo fundamental. Nos centramos en la cultura y el turismo en esta área. El sitio de la Fase 2 se centra en el área económica”, señaló Hwang a este medio.
Justamente, la dinámica urbana de Busan ratifica ese postulado. Imagina algo como Montecarlo, frente al mar, pero combinando las alturas de Dubai y con la filosofía surcoreana que combina tradición, tecnología, historia y futuro. Esto, aprovechando espacios públicos como la playa Haeundae, el edificio “Busan X the Sky” de cien pisos o el enorme puente de dos niveles que cruza el balneario de Gwangali y conecta dos distritos tras un recorrido de 7,4 kilómetros sobre el mar frente a la isla japonesa de Tsushima, permite entender cómo Corea del Sur optimiza sus espacios pensando en el futuro.
El aporte de Samsung y el “big tech” coreano
Esta postulación a sede de la EXPO 2030 no es un evento en el que el gobierno surcoreano corra solo. La candidatura de Busan es apoyada desde el frente privado, y marcas como Samsung lideran este proceso. El apoyo de la multinacional tecnológica se basa en fondos y recursos para la candidatura, y también ha prometido apoyar la promoción de Busan en todo el mundo alentando la oportunidad para mostrar su compromiso con la innovación y la sostenibilidad en este camino a la EXPO.
Otras empresas que acompañan a Samsung en esta convocatoria son Hyundai Motor Company, SK Telecom, Lotte Group, Shinsegae Group, Daewoo, Posco y Hanjin Group, entre otras marcas. La Expo 2030 se celebrará del 1 de mayo al 31 de octubre de 2030. La ciudad anfitriona será elegida por los 170 Estados miembros del Bureau International des Expositions en una votación que se celebrará en noviembre de 2023, y en la que votará el Perú junto con otras 17 naciones de Latinoamérica.
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