De manera no intencional, un usuario puede compartir más información de la que debería con estas rutinas, quedando expuesto a delincuentes.
Publicar las rutinas de ejercicio deportivo en las redes sociales se ha convertido en una práctica habitual tanto para deportistas como para aficionados, pero no está exenta de riesgos, ya que "puede suponer un peligro si alguien está buscando cuándo es el mejor momento para causarnos algún tipo de daño".
Así lo ha advertido en declaraciones el responsable de concienciación de la compañía de ciberseguridad ESET para España, Josep Albors, que ve especialmente preocupante el hábito de compartir rutinas que "implican realizar una práctica diaria similar -siempre realizando el mismo recorrido y a la misma hora".
De esta manera, cuando comparten en las redes sus rutinas de entrenamiento e información de su localización GPS, los usuarios quedan expuestos a que se sepa su lugar de residencia y a qué hora no habrá nadie en su casa, corriendo riesgo de sufrir robos.
También resulta posible llevar a cabo otras acciones maliciosas más complejas, como mapear ubicaciones de acceso restringido, según alertan desde la compañía eslovaca de seguridad.
Precisamente, en 2018, los datos de ubicación de las rutinas de ejercicio de los soldados del Ejército de Estados Unidos en la aplicación Strava se utilizaron para desvelar la ubicación de las bases militares estadounidenses en el extranjero, al advertirse una alta actividad en zonas despobladas de Siria y Afganistán.
Las rutinas de entrenamiento y la información GPS que suele llevar acompañada es "información que debería ser privada y no compartida públicamente en redes sociales, tal y como hacen muchos deportistas profesionales y aficionados actualmente", como ha concluido Albors.
(Con información de Europa Press)
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