El GCHQ – uno de los servicios de inteligencia del gobierno británico – han mostrado su interés por negociar con las empresas de tecnología respecto al acceso que esta institución debería tener en las conversaciones privadas de los usuarios.
La privacidad del usuario parece ser negociable en este tramo de la década. Luego de un aislado anuncio del gobierno de Australia, en el que ratifica sus privilegios sobre las comunicaciones encriptadas, ahora el Reino Unido intenta forzar una fórmula que le permita acceder a conversaciones privadas de los usuarios en las plataformas más populares: WhatsApp, Google, Apple y otras tantas.
Desde hace unos meses, el Goverment Communications Headquartes – GCHQ por sus siglas en inglés – ha mostrado interés por agregarse a los sistemas de mensajería cifrada como un “participante fantasma” en los chats que se generen. ¿En simple? La agencia podría estar en todas las conversaciones, ver los archivos, leer los mensajes y no ser vistos dentro del sistema.
Microsoft, Google, Apple WhatsApp y otras 40 empresas han enviado una carta abierta a la institución, en donde se establecen varios criterios. Para empezar, se requeriría que reconstruyeran las aplicaciones y el software para tener en cuenta el “protocolo fantasma”, lo que podría allanar el camino para los piratas informáticos. En segundo lugar, y quizás más pertinente, este tipo de función engañaría a los usuarios y dañaría la seguridad y la confianza.
Los firmantes han pedido a GCHQ que se centre en "proteger los derechos de privacidad, la ciberseguridad, la confianza pública y la transparencia". La entidad gubernamental ha respondido de la manera más inglesa: es una figura hipotética que requiere la colaboración de ambas partes para “alcanzar las mejores soluciones”.
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