Una nueva medida federal encendió las alarmas entre cierto grupo de trabajadores latinos en Estados Unidos. ¿Podría costarles su empleo? Esto es lo que debes saber.
En Estados Unidos, muchos inmigrantes encuentran en ciertos oficios una vía directa para construir una vida estable. Uno de los más elegidos, especialmente entre la comunidad latina, es el de la conducción de camiones: un trabajo que combina esfuerzo, responsabilidad y la posibilidad de recorrer el país mientras se gana un buen salario. Sin embargo, recientes cambios normativos están generando preocupación entre quienes ejercen esta labor día a día.
Y es que una decisión impulsada por el gobierno federal, actualmente presidido por Donald Trump, ha sacudido al sector del transporte, al introducir nuevas condiciones que no todos se sienten preparados para cumplir. Aunque a simple vista parece una medida de rutina, lo cierto es que podría poner en riesgo el sustento de cientos de conductores, especialmente aquellos que han hecho de este trabajo su principal fuente de ingreso y orgullo. ¿De qué se trata?
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En medio de una creciente preocupación por la seguridad en las carreteras, el gobierno de Donald Trump reforzó una regla que podría cambiar el rumbo laboral de muchos inmigrantes latinos. Una nueva normativa del Departamento de Transporte (DOT) exige que los conductores de camiones hablen, lean y comprendan inglés con fluidez, o serán considerados “no aptos” para operar vehículos comerciales en Estados Unidos. Aunque este requisito existía previamente, ahora las inspecciones serán más estrictas y las sanciones, mucho más severas.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, fue claro al presentar la medida: “Un conductor que no entienda inglés no manejará un vehículo comercial en este país”. A partir de esta semana, los camioneros deberán demostrar dominio del idioma no solo en forma escrita, sino también al interactuar verbalmente con inspectores. Esto incluye seguir instrucciones, responder preguntas en inglés y comprender señales y mensajes electrónicos que se encuentran en las carreteras del país.
Para muchos inmigrantes latinos que trabajan en el rubro, esta actualización es fuente de estrés e incertidumbre. Temen que un malentendido, un error de pronunciación o incluso un acento marcado durante una inspección puedan costarles el trabajo. Varios han comenzado a tomar clases o ver tutoriales en línea para mejorar su fluidez. “Si no es el idioma que usas a diario, puedes ponerte nervioso y pensar: ‘¿Y si digo algo mal?’”, comentó Jerry Maldonado, presidente de la Laredo Motor Carriers Association, que representa a cientos de empresas de transporte en Texas.
Más allá de la polémica, el objetivo de la normativa es reducir accidentes viales provocados por malentendidos en la comunicación. Aunque el dominio del inglés siempre fue parte de los requisitos, antes los infractores solo recibían una multa. Con esta nueva medida, los conductores que no cumplan serán retirados inmediatamente del servicio. El cambio ha generado inquietud entre quienes ven en la conducción una oportunidad para salir adelante en Estados Unidos, pero ahora sienten que una barrera idiomática podría frenar su camino.