La administración Trump activa "Task Force 51" para resguardar edificios federales ante protestas por redadas migratorias.
En respuesta a las crecientes manifestaciones por las redadas migratorias en EE.UU., el Pentágono ha creado la denominada “Task Force 51”, una unidad compuesta por tropas de la Guardia Nacional y Marines destinadas a proteger edificios federales clave. La medida busca evitar daños a instalaciones como centros de detención de ICE, mientras se mantiene el equilibrio entre el control civil y militar.
Aunque estas tropas cuentan con autorización para respaldar a agentes federales, reina la preocupación por ampliar excesivamente la presencia militar en zonas urbanas. El despliegue ocurre en un contexto inusual, comparado únicamente con crisis anteriores como los disturbios de 2020, reforzando el debate sobre los límites constitucionales del uso de la fuerza.
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Límite legal y funciones autorizadas
Aunque forman parte del ejército nacional, ni la Guardia ni los Marines pueden asumir funciones policiales directas. Su misión está restringida a proteger propiedades federales, no a detener civiles, de acuerdo con la Ley Posse Comitatus. Esta restricción busca impedir un uso militar indiscriminado en asuntos civiles.
Reacciones y contexto político
Mientras la Casa Blanca la defiende como respuesta necesaria, organizaciones civiles denuncian que normaliza la presencia de tropas en protestas civiles. California, entre otros estados, ha expresado preocupación por posibles abusos y afectación a derechos ciudadanos. El anuncio coincide con una división del país sobre la militarización de la seguridad interior, reflejada en encuestas recientes.
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