Varias ciudades estadounidenses han instaurado toques de queda nocturnos tras protestar contra redadas de ICE y el despliegue de militares en EE.UU., buscando contener tensión pública.
Tras una semana de protestas en Los Ángeles, el alcalde Karen Bass decretó toques de queda en el centro de la ciudad, aplicando restricciones entre las 8:00 p.m. y 6:00 p.m. para evitar confrontaciones y actos vandálicos. Esto se replicó en al menos 35 ciudades de EE.UU., situadas en estados que compartieron inquietud ante la militarización de los operativos de ICE.
La medida busca contener la tensión que escaló con la llegada de la Guardia Nacional y los Marines, y la reciente detención masiva de migrantes.
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Propósito y críticas legales
El toque de queda busca permitir el libre tránsito durante el día y garantizar el orden público por la noche. Sin embargo, organizaciones de derechos civiles advierten que restringir libertades básicas sin causa clara puede ser inconstitucional, y algunos ya han anunciado recursos legales ante protestas en tribunales.
Efectos sociales y económicos
Para la comunidad latina, los toques de queda implican dificultades en la vida diaria: imposibilidad de regresar a casa tarde, cancelar reuniones y afectar pequeños comercios que dependen del horario nocturno. También se registraron cierres anticipados en eventos y actividades culturales en zonas afectadas.
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