A pesar de décadas viviendo en Estados Unidos, los adultos mayores sin papeles pueden ser deportados como cualquier otro inmigrante indocumentado.
Miles de adultos mayores viven en Estados Unidos sin un estatus migratorio legal. Muchos llegaron hace décadas, trabajaron, criaron familias y formaron lazos con sus comunidades. Sin embargo, el temor a una redada o a una orden de deportación sigue presente en sus vidas cotidianas, incluso en la vejez.
El marco legal migratorio no contempla excepciones por edad. Una persona de la tercera edad puede ser deportada si está en condición irregular, aunque tenga arraigo, problemas de salud o familiares ciudadanos. Este vacío legal mantiene en vilo a una de las poblaciones más vulnerables y olvidadas del sistema migratorio.
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Las leyes migratorias no distinguen edades
La normativa vigente en EE.UU. establece que cualquier persona sin estatus legal puede ser deportada, sin importar si es joven o anciana. Así lo señala la página de ayuda legal de Michigan, que enumera las causas más frecuentes de deportación, como:
- Ingreso inadmisible al país.
- Violación de condiciones del estatus migratorio.
- Antecedentes penales específicos.
- Consideración como carga pública.
- Fraude migratorio, entre otros.
En ningún punto de la ley se menciona un trato especial por edad, lo que deja a los inmigrantes mayores en una situación de riesgo permanente, sin importar su tiempo de permanencia o su historial de contribución al país.
Recursos legales que pueden evitar la deportación
Pese a esta realidad, existen herramientas legales que pueden emplearse para reducir el riesgo de expulsión. Uno de los caminos más utilizados es la cancelación de deportación, siempre que se cumplan requisitos como años de residencia, buena conducta y la demostración de que su salida causaría sufrimiento extremo a un familiar residente o ciudadano.
También se puede solicitar asilo político si la persona está amparada por leyes especiales, como la Ley de Violencia contra la Mujer o el estatus de protección temporal. En otros casos, los inmigrantes mayores podrían acceder a exenciones (waivers) si demuestran privación extrema, o ser considerados en procesos humanitarios por edad avanzada, enfermedades graves o fuerte arraigo familiar.
La urgencia de una asesoría legal especializada
Dado que cada caso depende de múltiples factores —desde el historial personal hasta la situación en el país de origen—, la mejor alternativa es acudir a un abogado de inmigración autorizado. Una asesoría adecuada puede marcar la diferencia entre una orden de deportación y la posibilidad de permanecer en el país legalmente.
En Estados Unidos, existen cientos de miles de adultos mayores indocumentados. Muchos han trabajado por años en limpieza, construcción o cuidado de niños, sin obtener nunca un seguro social o un permiso de trabajo. Hoy, se enfrentan a un sistema que aún no les ofrece garantías, pese a haber dedicado su vida a la economía y la sociedad estadounidense.
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