El descubrimiento de un nuevo brote de la caquexia crónica, conocida como la “enfermedad del ciervo zombie”, en Texas, ha generado preocupación entre las autoridades de vida silvestre y salud pública.
Un nuevo brote de caquexia crónica, comúnmente conocida como la “enfermedad del ciervo zombie”, ha sido confirmado en el estado de Texas, encendiendo las alarmas entre las autoridades de vida silvestre y salud pública. Esta patología, que afecta a la familia de los cérvidos —incluyendo ciervos, alces, caribúes y renos— es extremadamente letal y se caracteriza por provocar graves trastornos neurológicos en los animales infectados. Originaria de Colorado, la enfermedad se ha expandido a 32 estados en Estados Unidos, así como a varias provincias canadienses y otros países.
Las causas
La enfermedad del ciervo zombie es causada por priones, agentes infecciosos también responsables de la enfermedad de las vacas locas. Estos priones inducen cambios destructivos en el cerebro y el sistema nervioso, llevando a los animales a mostrar síntomas como babeo excesivo, letargo, pérdida de peso, descoordinación y una distintiva mirada en blanco.
La transmisión ocurre a través del contacto con heces, saliva, sangre o el consumo de carne infectada, y una vez presente en un ecosistema, es muy difícil de erradicar.
El brote en Texas resalta la preocupación de los científicos sobre la posible propagación de la enfermedad a humanos. Aunque no se han registrado casos humanos hasta la fecha, investigaciones recientes sugieren que esta posibilidad no puede ser descartada.
Infectar humanos
Expertos como Mark Zabel, director del Centro de Investigación Prion en la Universidad Estatal de Colorado, advierten que la evolución de los priones podría eventualmente permitirles infectar a humanos.
Dada la resistencia de estos agentes a desinfectantes y condiciones extremas, su presencia en el ambiente plantea un desafío significativo para las medidas de control y erradicación. La enfermedad, con una tasa de mortalidad del 100% entre los animales afectados, sigue siendo una amenaza persistente para la fauna y, potencialmente, para la salud humana.
En respuesta al brote, las autoridades texanas están intensificando las medidas de monitoreo y control en los parques y reservas naturales, mientras instan a los cazadores y al público a reportar cualquier avistamiento de animales con síntomas sospechosos.
Con la caquexia crónica ahora en su puerta, Texas se une a los esfuerzos nacionales para contener esta peligrosa enfermedad y proteger tanto a la vida silvestre como a la población humana de posibles contagios futuros.
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