Roshan Taroll es un joven indio considerado como un “soñador documentado” en Estados Unidos. Tuvo que abandonar el país debido al vacío legal que existe para este grupo de personas en el territorio norteamericano.
"Todo lo que mi madre quería era que mi hermano y yo trabajáramos duro y tuviéramos una oportunidad en el 'sueño americano'. Siento que la estoy defraudando al no cumplir su único deseo", dice Roshan Taroll, un joven inmigrante indio que tuvo que dejar Estados Unidos, pese a haber ingresado de forma legal cuando tenía 10 años de edad.
El caso de Roshan se enmarca en la categoría de los "soñadores documentados". Se trata de aquellas personas que vinieron a EE.UU. cuando eran niños y con los papeles en regla, pero deben "autodeportarse" si sus padres no pueden ayudarles a obtener una Green Card, o si no pueden encontrar otra visa antes de cumplir 21 años y salir del estatus de dependiente.
Además, el Programa de Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) no aplica a ellos, complicando más su situación.
Te recomendamos
"Soñadores documentados"
En 2008, Taroll llegó a Estados Unidos a los 10 años de edad, junto a su hermano menor y su madre, quien había conseguido un trabajo en el país en una empresa de tecnología, a través de una visa H-1B. Roshan se convirtió en un dreamer, que es el apodo dado a los inmigrantes que ingresan a EE.UU. como niños sin ser responsables de ello.
El programa DACA, creado durante el gobierno del expresidente Barack Obama, protegió a muchas de estas personas de la deportación. Pero un requisito fundamental para ser un dreamer bajo la protección de DACA es que debes ser indocumentado. Roshan no lo era.
En 2018, la mamá de Roshan murió de cáncer antes de que pudiera llegar su turno para obtener la Green Card. Aunque el gobierno permite a los miembros de la familia solicitar la residencia permanente después de que su peticionario principal muera, Taroll superó la edad de estado dependiente (21 años) antes de que él también pudiera alcanzar un cupo.
Tuvo que solicitar una visa de estudiante para terminar su grado en Boston College y luego recibió un permiso de trabajo temporal asignado a estudiantes internacionales que se gradúan con títulos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Su empleador, una empresa de semiconductores, inscribió a Taroll en tres loterías de visa H-1B, en las cuales las probabilidades de ganar han disminuido drásticamente en los últimos años. No fue seleccionado.
Debido a todo ello, en junio de 2024 Taroll se vio obligado a "autodeportarse" a Taiwán, donde su empleador pudo asegurarle un puesto. No conoce el idioma ni tiene lazos familiares en el país. "Crecí en mi ciudad natal de Boston como un niño normal, nunca imaginando que mi estatus definiría mis decisiones más adelante en la vida", comenta al portal Reason. Agrega que aún tiene la esperanza de regresar a Estados Unidos y cumplir sus sueños en el país norteamericano.
Comparte esta noticia