Las nuevas políticas migratorias generan temor sobre la validez del derecho de nacimiento en Estados Unidos.
En medio de cambios en el enfoque migratorio del gobierno, crece la preocupación entre las inmigrantes embarazadas sobre el futuro de sus hijos nacidos en suelo estadounidense. Las nuevas propuestas impulsadas por sectores conservadores abren la posibilidad de reinterpretar la Enmienda 14, que garantiza la ciudadanía automática a cualquier persona nacida en EE. UU., sin importar el estatus migratorio de sus padres.
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Crece la incertidumbre en comunidades latinas
En clínicas comunitarias de estados como Texas, California y Florida, muchas mujeres evitan acudir a sus controles médicos por temor a ser detenidas o a comprometer su estatus migratorio. Para estas madres, el mayor temor no es solo la deportación, sino que sus hijos pierdan un derecho históricamente protegido. Grupos de derechos civiles han advertido que la implementación de nuevas reglas podría sentar un precedente legal peligroso. La situación también ha generado respuestas desde organismos internacionales, que recuerdan que el derecho a la nacionalidad desde el nacimiento es un principio respaldado por tratados que Estados Unidos ha firmado.
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