Hacia 1900 en Estados Unidos, las leyes de ciudadanía americana eran severas con las mujeres. Conoce cómo funcionaba esta normativa en ese entonces.
A principios del siglo XX, muchas mujeres estadounidenses descubrieron que casarse con un extranjero podía costarles su ciudadanía. La Ley de Expatriación de 1907, una normativa hoy desconocida para muchos, obligaba a las mujeres a adoptar la nacionalidad de su esposo, incluso si nunca dejaban los Estados Unidos. Esta legislación representaba una limitación de derechos para las mujeres, quienes se veían obligadas a renunciar a su ciudadanía al formalizar su matrimonio con un no estadounidense.
La Ley de Expatriación dictaminaba que cualquier mujer americana que se casara con un extranjero perdería su estatus de ciudadana estadounidense, adoptando automáticamente la nacionalidad de su esposo. Esto aplicaba independientemente del país de residencia de la pareja. Este proceso, conocido como “expatriación”, reflejaba el trato desigual de género que prevalecía en las leyes migratorias y de ciudadanía de la época, pero se sigue aplicando de alguna forma?
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¿Cómo podían las mujeres recuperar su ciudadanía?
Si el esposo de la mujer se naturalizaba en EE.UU. después del matrimonio, ella podía recuperar su ciudadanía automáticamente. Sin embargo, si él no lo hacía, la mujer debía someterse a un proceso completo de naturalización, similar al de cualquier inmigrante que deseara obtener la ciudadanía.
A pesar de estos avances, las mujeres que habían perdido la ciudadanía antes de 1922 debían completar los trámites habituales de naturalización. Años después, otra reforma legal finalmente permitió que todas las mujeres recuperaran su ciudadanía simplemente jurando lealtad a Estados Unidos.
¿Se sigue aplicando la pérdida de ciudadanía en EE. UU. al casarse con un extranjero?
La ley que forzaba a las mujeres a perder su ciudadanía al casarse con un extranjero dejó de aplicarse hace décadas. El cambio comenzó con la Ley de Cable de 1922, que otorgó a las mujeres casadas con extranjeros el derecho de mantener su ciudadanía. Finalmente, en 1940, se eliminó cualquier restricción relacionada con la nacionalidad de sus esposos, permitiendo que todas las mujeres recuperaran su ciudadanía independientemente de su estado civil o la nacionalidad de su cónyuge.
Video: YouTube | Noticias Telemundo
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