No existen fármacos para su cura, pero la ciencia ha puesto a disposición de los pacientes con fibromialgia una serie de tratamientos capaces de controlar el dolor.
La fibromialgia es una enfermedad crónica caracterizada por la rigidez y el dolor de los músculos, los ligamentos y las articulaciones. Provoca también, en parte como consecuencia del dolor, alteraciones del sueño, pudiendo aparecer también una sintomatología depresiva y ansiedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad afecta al 3% de la población mundial, en su mayoría mujeres que bordean los 40 años.
No existen fármacos para su cura, pero la ciencia ha puesto a disposición de los pacientes con fibromialgia una serie de tratamientos capaces de controlar el dolor muscular y el resto de síntomas. Uno de ellos es la estimulación transcraneal, que trabaja bajo dos modalidades: A través de campos magnéticos y por medio de corriente eléctrica directa.
La idea de este tratamiento es aplicar impulsos eléctricos o magnéticos para cambiar la actividad del cerebro frente a los procesos de dolor. Los resultados son avalados por más de 10 estudios realizados a más de 300 pacientes con fibromialgia, en Estados Unidos, Brasil, Francia, Italia y Japón.
En diálogo con RPP Noticias, el doctor Felipe Fregni, neurólogo de la Universidad de Harvard, señaló que la principal ventaja de la técnica consiste en dirigir las pequeñas pulsaciones eléctricas o magnéticas a determinadas áreas del cerebro que procesan el dolor.
"A diferencia de la acupuntura, esta técnica permite que la estimulación llegue directamente al cerebro sin necesidad de recurrir a los diversos nervios de nuestro cuerpo", indicó el experto. Asimismo resaltó que la estimulación transcraneal, no genera dolor, no es invasiva y no necesita de anestesia.
"Después de las sesiones correspondientes de estimulación transcraneal, el paciente puede irse tranquilamente a casa" agregó el galeno tras advertir que el tratamiento está contraindicado para pacientes con epilepsia.
Cada sesión dura entre 30 a 40 minutos. El primer mes de tratamiento incluye al menos 20 sesiones. Posteriormente las sesiones irán disminuyendo a partir del cuarto mes.
El tratamiento se aplica en algunas clínicas de países donde se llevaron a cabo los estudios. Según Fregni, esta técnica también ha obtenido buenos resultados para tratar a pacientes con depresión. No obstante, consideró que aún faltan más ensayos clínicos para su uso en este tipo de trastornos.
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