Aunque aún no están claro por qué sucede, no es la primera vez que se establece un vínculo entre el alcohol y el tabaco.
Las personas que acostumbran a fumar mientras beben alcohol tienen más riesgo de sufrir resacas, sostiene un estudio que publica la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
De hecho, tras consumir la misma dosis de alcohol no solo es más probable sentirse mal cuando fumamos, sino que además la resaca se vuelve mucho más intensa.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron un seguimiento a 113 estudiantes universitarios durante 8 semanas. El grupo de los participantes que fumaba y bebía a la vez, presentó síntomas severos propios de la resaca como dolor de cabeza, nauseas, cansancio, cosa que no ocurrió con los no fumadores.
Aunque aún no están claro por qué sucede, no es la primera vez que se establece un vínculo entre el alcohol y el tabaco.
Algunos estudios previos sugieren que los receptores cerebrales de la nicotina están involucrados en nuestra respuesta subjetiva a las bebidas alcohólicas, y que si bebemos y fumamos simultáneamente se libera más cantidad de dopamina, la hormona del placer.
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