El Capital City Care abrió sus puertas esta semana para proveer "alivio" a los pacientes de la ciudad tras años de batallas legales y bajo una "estricta" regulación.
A apenas un kilómetro del Congreso estadounidense, Capital City Care, el primer dispensario de marihuana medicinal de Washington D.C., abrió sus puertas esta semana para proveer "alivio" a los pacientes de la ciudad tras años de batallas legales y bajo una "estricta" regulación.
Capital City Care es el primero de los tres dispensarios autorizados para el Distrito capitalino de Columbia (D.C.) por parte del Departamento de Salud de EE.UU., y prefiere mantener un bajo perfil dado el complejo terreno legal en el que se ubican y las severas regulaciones que aplican.
"Solo residentes de D.C, y solo si tu médico, también de D.C., certifica que tienes determinadas enfermedades graves como esclerosis múltiple, SIDA o cáncer. Además, los pacientes deberán a su vez recibir autorización expresa", explicó a Efe Morgan Fox, jefe de prensa del Marihuana Policy Project, la principal organización nacional que lucha por la despenalización.
Fox, quien recalcó que 18 Estados junto a D.C permiten ya el uso medicinal de la marihuana en EE.UU., subrayó que en ningún caso se consiente el consumo en los dispensarios y que "los pacientes recibirán la marihuana en una bolsa sellada que solo podrán abrir y consumir en casa".
"Incluso los pacientes registrados pueden ser arrestados si transportan marihuana o se les encuentra en una bolsa abierta con ella fuera de su vivienda", precisó.
Los pacientes podrán disponer de un máximo de dos onzas (56 gramos) al mes.
Con la bóveda del Capitolio al fondo, la sede de Capital City Care se halla en un discreto edificio de un barrio humilde en el noreste de la ciudad en el que, sin embargo, sobresalen las advertencias de seguridad y varias cámaras de vigilancia.
"Hay que recordar que la marihuana es una sustancia controlada. Pero hacemos esto por los pacientes. Es un riesgo que corremos, pero tenemos un programa muy estricto", indicó David Guard, gerente del dispensario, en declaraciones a la prensa local.
Guard señaló que es una marihuana "muy pura y potente", por lo que las medidas de seguridad son "elevadas".
Por el momento y tras obtener su licencia, están a la espera de la llegada de los primeros pacientes, quienes tienen previsto comenzar a recibir sus licencias a primeros de este mes de mayo.
Los tres dispensarios se nutren de marihuana cultivada en otros tantos centros de cultivo, con un máximo de 99 plantas cada uno, pero deben estar también radicados en el Distrito de Columbia. No puede entrar o salir marihuana del distrito capital hacia los vecinos estados de Maryland y Virginia, donde está prohibido el consumo medicinal.
Pese a las restricciones, la apertura de estos dispensarios supone una victoria para los pacientes y grupos a favor de la despenalización.
En 1998, los residentes de la capital estadounidense aprobaron por amplia mayoría, un 70 %, despenalizar el uso medicinal de la marihuana, pero debido al control presupuestario que ejerce el Congreso sobre el distrito se impidió que recibiese fondos para implantar un sistema.
Después de interminables batallas legales, en 2010 los representantes del distrito consiguieron desbloquear esta partida y en los últimos tres años desarrollar el riguroso sistema para su consumo.
"Significa que finalmente estos pacientes podrán tener el alivio que necesitan y no ser tratados como criminales", aseguró Fox.
Además, el nuevo establecimiento, aunque para uso puramente medicinal, ha contribuido a avivar el debate político sobre el consumo de esta sustancia en el país, sobre todo después de que los residentes de Colorado y Washington (oeste) aprobasen por iniciativa popular el consumo recreativo y donde ya era legal el consumo médico.
En estos Estados, algunos políticos han destacado las ventajas económicas de la despenalización del uso de pequeñas cantidades con el argumento de que aligerará los abultados déficit presupuestarios estatales en una época de ajustes fiscales.
"Definitivamente, uno de los puntos a favor de cambiar las leyes sobre la marihuana es el presupuestario. Por un lado, la posibilidad de aplicar impuestos y conseguir una fuente de ingresos, por otro hay que tener en cuenta el dinero que se está gastando en perseguir y encarcelar a gente por consumo de marihuana", enfatizó Fox.
No obstante, la despenalización de la marihuana aún enfrenta un arduo proceso en el país y la Administración del presidente Barack Obama se ha limitado a mostrar su respeto por las decisiones estatales y a no priorizar las investigaciones por consumo medicinal.
"Nunca me comprometí a que fuéramos a dar de alguna manera carta blanca a los productores de gran escala y la razón es que va contra la ley federal", matizó Obama en una entrevista el pasado año.
De momento, la situación en Colorado y Washington ha abierto un espinoso territorio legal de conflicto entre las leyes federales y estatales que aún está por aclarar, pero el uso medicinal legal comienza a abrirse paso.
EFE
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