Existen cárceles para todos los gustos. Algunas con extremas medidas de seguridad y otras más parecidas a un club campestre.
En nuestro país se viene discutiendo el hacinamiento de reos en las cárceles, lugares desde donde muchas veces se organizan asaltos y asesinatos. Por ello, un sector importante de la población reclama la construcción de nuevos penales de máxima seguridad para los criminales más avezados que delinquen en el Perú.
Conscientes de las deficiencias del sistema carcelario peruano, conviene revisar cómo funcionan alguno de los penales más extremos e inusuales en el mundo. Algunos apelan a medidas de seguridad extremas, mientras que otros se asemejan más a un club campestre.
No obstante, en este recuento también se puede advertir las similitudes de las cárceles peruanas con la de otros países, parecidas en los altos niveles de violencia y la nula autoridad penitenciaria. Un ejemplo claro es la prisión de Pedrinhas, en Brasil, donde en 2015 hubo un caso de canibalismo y de asesinatos dentro del centro de reclusión.
La lista también la integran cárceles muy pintorescas como la de San Pedro, en La Paz (Bolivia). Este lugar se asemeja más a un vecindario por su poca convencional infraestructura. Los presos pueden vivir incluso con sus familias.