Los niños estadounidenses toman por día más de una taza de bebidas azucaradas, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar máximo solo una taza por semana.
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Las bebidas altamente azucaradas son consumidas con más frecuencia por los niños en la escuela, en el hogar y en las calles. Los productos procesados como las gaseosas y los jugos procesados han destronado al agua como la bebida que debemos tomar a lo largo del día. Esta mala costumbre alimenticia ha originado un incremento exponencial de la obesidad en los menores.
El Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, informó en el programa La Rotativa del Aire que en Estados Unidos hasta el 71% de dicha población tienen algún grado de sobrepeso u obesidad. Tres de cada cuatro personas en dicho país están con gordura, dijo.
La crisis de obesidad en Estados Unidos, que también está presente en el Perú y en el mundo, ocasionó que dos grandes instituciones científicas importantes emitieran un documento de posición respecto al tema: los gobiernos del mundo deben tomar medidas concretas para limitar y regular el consumo de estas bebidas azucaradas. Este documento representó la posición de la Academia Norteamericana de Pediatría y la Asociación Americana del Corazón.
Si bien el consumo de estas bebidas procesadas ha bajado en los últimos 10 años, los niños y los adolescentes todavía consumen hasta 150 calorías provenientes de estos productos. Cada niño consume por día 350 centímetros cúbicos, que equivale a más de una taza de estas bebidas azucaradas cuando lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que una persona no debe tomar más de una taza por semana de estos líquidos industriales.
¿Cómo se puede reducir la obesidad infantil en el mundo?
Ambas asociaciones médicas proponen que los gobiernos consideren el aumento de impuesto de bebidas azucaradas. Toman como ejemplo a Chile que en el 2014 elevó los impuestos a las bebidas azucaradas que superaban un límite y las compras de estos productos disminuyeron en 21% un año después de que el impuesto se aplicó.
En México también se tuvo resultados similares con la subida de impuestos a bebidas azucaradas. Se proyecta que el Estado se ahorrará hasta 200 mil casos de obesidad y 980 millones de dólares en costos en los próximos 10 años.
Huerta agrega que las instituciones científicas también abogan por la promoción de campañas educativas en escuelas que garanticen el acceso a alimentos saludables. Los hospitales de EE. UU. deben servir como modelo para limitar o desincentivar la compra de bebidas azucaradas.
“Son ideas interesantes que todos los gobiernos de cualquier lugar del mundo podrían considerar, en especial, lo del impuesto a Las bebidas azucaradas, que no sería malo que en el país se pueda examinar”, concluyó Huerta.
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