El mayor uso del bótox o Toxina Botulínica, en el campo médico estético, sucede con el fin de “atacar” la formación de arrugas dinámicas, que son producidas por una contracción normal de los músculos al realizar expresiones cotidianas.
¿Qué es la Toxina Botulínica?
El bótox (que es la marca más conocida para la Toxina Botulínica), es un compuesto creado a partir de una neurotoxina denominada Clostridium Botulinum que se encuentra de forma natural en la tierra.
El mayor uso del bótox o Toxina Botulínica, en el campo médico estético, sucede con el fin de “atacar” la formación de arrugas dinámicas, que son producidas por una contracción normal de los músculos al realizar expresiones cotidianas como hablar, sonreir, concentrarse, etc. Usualmente, estas arrugas se forman alrededor de los ojos (patas de gallo), entrecejo y frente, aunque no son raros los casos de aplicación en nariz.
¿Cómo funciona y cuánto tiempo dura?
Cuando se aplica bótox en cualquiera de estas zonas, se produce una paralización muscular que es temporal. Al impedir el movimiento de los músculos paralizados, se evita que se formen nuevas arrugas o que las que ya estén presentes se profundicen y se conviertan en surcos profundos que requieren otro tipo de tratamiento.
La duración de los efectos de una aplicación de bótox varía de paciente a paciente, pero, en general, es de entre 4 a 6 meses. Los efectos tras colocación se empiezan a sentir entre el primer y tercer día.
Ciertamente este no es el único uso que se le da al bótox, también sirve para controlar la Hiperdrosis, que es un exceso de sudoración en zonas específicas como las axilas o las palmas de las manos. También para el control del estravismo, mejora de migrañas crónicas, entre otros aspectos de carácter médico.
Una de las ventajas más apreciadas por los pacientes es que es con bótox se logran correcciones inmediatas sin cirugía.
¿Y qué pasa cuando se acaba el efecto?
Cabe mencionar que, contra muchas ideas infundadas, una vez que los efectos del bótox pasan, la piel NO SE PONE PEOR de lo que estuvo, no se arrugará más, no surgirá flacidez que antes no había, no se le caerá nada!. Lo peor que puede suceder es que vuelva a como usted estaba antes de aplicarselo.
Ojo a los potenciales riesgos
La aplicación de toxina botulínica se ha convertido en uno de los tratamientos estéticos considerados como “menor” dentro del espectro de la medicina estética. Sin lugar a dudas, es uno de los procedimientos más demandados en los últimos años, pues es una intervención muy rápida, de recuperación sencilla y cuyos resultados realmente se notan en pocos días.
Justamente, debido a esta alta demanda, muchos “centros de belleza” que van desde spas hasta peluquerías, han empezado a ofrecer este servicio a precios absurdos. Tanto así, que muchas veces sus “ofertas” no cubren ni siquiera el costo del insumo. Lo que me lleva a dudar (y temer!) sobre el producto … ¿qué estarán colocando?. Es así que, si usted está considerando colocarse toxina, es importante que sepa bien qué profesional lo va a hacer, con qué y dónde, si no quiere arriesgarse a malos resultados o efectos perniciosos.
Pues si, aunque hoy en día la colocación de Toxina Botulínica, es algo relativamente común, no quiere decir que sea algo que se le puede encargar a quien no está preparado para hacerlo bien. Sepa que no cualquiera está preparado para colocar una aguja en su cuerpo e inyectar una sustancia paralizante. Detrás de cada aplicación hay un conocimiento anatómico muy profundo, que no sólo asegurará un buen resultado, sino que no tenga repercusiones que pudieran resultar graves, e incluso, permanentes. Eso sin mencionar, la dilusión del insumo. Pero esto será el tema de otro artículo.
¿Podrían haber malos resultados?
¿Qué sea algo “común” quiere decir que cualquier persona lo puede aplicar?, ciertamente NO. “Un agujita nomás”, dicen quienes no conocen o piensan que “nada malo puede pasar”. Pues si, cosas malas pueden pasar. Entre ellas, el maltrato de un nervio en el rostro, que puede causar la tan temida parálisis facial.
Hay malos resultados más beniales, entre ellos están las famosas “cejas de malo”. Sucede que un mala colocación en la frente, puede causar que la zona media y final de las cejas se eleven de tal manera que pareciera que la persona está enojada, o darle un aspecto de tensión y malhumor.
Otro caso, que resulta siendo sumamente clásico, es el efecto “rostro plástico”. Esto es causa de la sobre-aplicación o la paralización de grupos musculares errados, lo que causa que la persona pierda o vea reducidas sus gesticulaciones naturales.
La ventaja, entre todo, es que la paralizacón muscular es temporal, pero si usted sufrió alguno de los ejemplos que mencioné, sabrá que tuvo que resistir unos buenos 4 o 6 meses hasta que los efectos se hayan desvanecido, mientras que más de uno de comentó sobre “algo” en su rostro.
Recuerde, no se deje aplicar Toxina Botulínica por alguien que no tenga la especialidad de Cirujano Plástico. No ponga en riesgo su salud
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