El frío intenso y la humedad provocan resequedad, piel agrietada, escamosa, y hasta envejecimiento prematuro.
Mucho se habla sobre los cuidados de la piel en verano, sin embargo el frío y los fuertes vientos que se presentan en invierno también pueden ocasionar serios problemas a la piel.
Especialistas del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL) advierten que mientras en algunos solo produce una leve resequedad, en otros el daño puede ser mayor e incluso provocar irritación o comezón.
El doctor Ennio Barrón, dermatólogo del SISOL, afirmó que el viento, el frío y la baja humedad característicos del invierno son agentes agresivos que resecan y desmejoran notablemente la piel, especialmente en aquellos que tienen la piel atópica (personas con piel alérgica), así como las personas con piel seca o sensible, especialmente niños pequeños y ancianos.
Son varios los problemas que se generan en esta época del año, afectando sobre todo a aquellas zonas que se encuentran más expuestas a los factores climáticos como manos y rostro.
Además de la piel seca se presentan problemas como piel agrietada o escamosa, labios agrietados, oscurecimiento, enrojecimiento, agrietamiento de la piel en los codos y rodillas, envejecimiento prematuro, entre otros.
Mencionó que en el caso de las personas que sufren de trastornos a la piel como psoriasis, dermatitis seborreica, eccema, ellas sufren un agravamiento de sus enfermedades ocasionándoles inflamaciones, resequedad extrema y hasta pruritos (picazón).
El tratamiento para estos casos son cremas desinflamantes, cremas humectantes y el uso de jabones suaves neutros o ligeramente ácidos.
El especialista afirmó que el uso de calefacción también puede dañar la piel debido a que emite sustancias que matan las células cutáneas y quitan la humedad natural de la epidermis. Dijo que lo aconsejable es mantener la temperatura cerca de los 20 grados.
También recomiendó evitar el uso de agua muy fría o muy caliente a la hora de ducharse porque traumatiza la piel y puede causar el rompimiento de los vasos sanguíneos, lo mejor es bañarse con agua tibia.
Igualmente, aconsejó mantener la humedad natural de la piel utilizando cremas y jabones hidratantes, sobre todo para la cara y las manos, además comer frutas frescas y si es posible con cáscara ya que ahí es donde se almacenan todas las vitaminas que beneficiarán la hidratación del cuerpo.
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