Una investigación sostiene que el té contribuye a mejorar la actividad cardíaca y a prevenir posibles infartos.
Un nuevo estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine, demuestra que el té negro combate la hipertensión, es decir, reduce tanto la tensión arterial sistólica (máxima) como la diastólica (mínima). Y, por lo tanto, reduce el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
En el experimento, los participantes bebieron durante 6 meses tres tazas diarias de té negro, mientras a otros se les suministraba una sustancia con el mismo sabor y con cafeína.
Los resultados mostraron que el primer grupo logró reducir su presión arterial de manera notable. Aunque aún se desconoce el mecanismo de acción, Jonathan Hodgson, coautor del trabajo, asegura que los estudios apuntan a que el té podría mejorar el estado de los vasos sanguíneos.
Asimismo el investigador reveló que el té es la segunda bebida más consumida del mundo, después del agua.
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