El nuevo coronavirus ha captado la atención de todo el mundo debido a la gran velocidad de su propagación. Sin embargo, nuestro país también está enfrentando un mal conocido por muchos que viene afectando a un número aún más importante de peruanos: el dengue.
El nuevo coronavirus, denominado COVID-19, ha captado la atención de todo el mundo debido a la gran velocidad de su propagación. Sin embargo, pese a que ya se presentaron los primeros casos de personas infectadas por este virus, nuestro país también está enfrentando un mal conocido por muchos que viene afectando a un número aún más importante de peruanos: el dengue.
De esta enfermedad viral aguda, transmitida por la picadura de mosquitos hembras del género Aedes (principalmente por Aedes aegypti) ya se han notificado más de 12 mil casos (entre probables y confirmados) y ha cobrado 22 víctimas mortales, según el Centro de Epidemiología.
Pero, ¿cómo es que esta enfermedad ha venido transmitiéndose rápida y silenciosamente? Para que en un lugar haya transmisión de la enfermedad, tienen que estar presentes de forma simultánea: el virus (Dengue), el vector (zancudo Aedes) y el huésped susceptible (ser humano). La picadura de un zancudo (Aedes aegypti) ocurre durante el día y es la forma como se adquiere la enfermedad, no hay transmisión de persona a persona, ni a través de las fuentes de agua.
El zancudo se infecta al picar a una persona enferma, esta tiene la posibilidad de ser infectante para los zancudos durante todo el período que tienen fiebre (aprox. 5 días). Una vez que el mosquito bebe sangre infectada, este se vuelve infectante entre 8 a 12 días después y lo sigue siendo por todo el período de su vida (45 días). En tanto, el huésped (paciente) desarrolla los síntomas de la enfermedad, en promedio, una semana después de ser picado por un zancudo infectante. Las personas y los zancudos son reservorios del virus dengue.
Existen zonas en el Perú en las cuales el dengue se presenta con mayor frecuencia, como Loreto, Madre de Dios, Piura y Tumbes. Estas se conocen como zonas de endemia. Si un paciente procede de dichas zonas y tiene fiebre de varios días de evolución y presenta al menos 2 de los siguientes signos: Cefalea, dolor retro ocular, erupción en la piel, náuseas o vómitos, malestar general o dolor muscular, se debe tomar una muestra de sangre y notificar a la autoridad sanitaria correspondiente que se tiene un caso probable de dengue. La enfermedad es reportable y por lo tanto cualquier caso diagnosticado con certeza debe ser informado a las autoridades de salud.
Factores que incrementan el riesgo de dengue:
· Densidad de población humana susceptible: población sin inmunidad a ninguno de los serotipos Dengue.
· Densidad del zancudo Aedes aegypti.
· Las condiciones ambientales, clima, temperatura, lluvia, humedad favorecen el ciclo biológico del zancudo.
· Persona infectada que se encuentra en período febril (viremia), los primeros 05 días de la enfermedad y que circula, es un potencial diseminador del virus por la presencia del vector.
· Lugares de grandes concentraciones poblacionales: escuelas, cuarteles, hospitales con casos y presencia del vector.
· El incremento de casos de Dengue en zonas endémicas y circulación permanente del virus Dengue.
Cuadro Clínico
Generalmente la primera manifestación clínica es la fiebre de intensidad variable, la fiebre se asocia a cefalea y vómitos, dolores del cuerpo. En los niños es frecuente que la fiebre sea la única manifestación clínica o que esté asociada a síntomas digestivos. La fiebre puede durar de 2 a 7 días y no suele exhibir síntomas respiratorios de importancia. Esto se puede presentar con dolor abdominal y diarreas, esta última más frecuente en menores de dos años y adultos mayores.
El dengue es una enfermedad de amplio espectro de presentaciones clínicas, que van desde formas con escasos síntomas hasta cuadros muy graves con compromiso vascular, afección de órganos y sistemas que se asocian a mortalidad a veces en pocas horas; por lo tanto, debe ser vista como una sola enfermedad que puede evolucionar de múltiples formas. Como población, tenemos la tarea de cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de alertarlas ante la presencia de los síntomas para poder controlar la enfermedad a tiempo.
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