En estos casos, el tratamiento va orientado a mejorar el flujo sanguíneo en la zona y la elasticidad.
Es poco conocida la utilidad de la fisioterapia en el tratamiento de las cicatrices en la piel, sobre todo en el caso de las cicatrices hipertróficas, queloides y en las personas que han sufrido quemaduras.
Las cicatrices queloides y las hipertróficas son alteraciones en la cicatrización, que consisten en deformaciones del tejido. Presentan una cantidad exagerada de colágeno y una mala alineación de sus fibras.
Además de provocar problemas estéticos, estos tipos de cicatrices pueden generar limitaciones funcionales (limitación de movimiento), alteraciones en la sensibilidad de la piel y producir dolor.
El tratamiento fisioterapéutico en estos casos va orientado a mejorar el flujo sanguíneo en la zona y la elasticidad. Esto mejorará la movilidad de la cicatriz “despegándola” con masajes tipo fricción o rolido, liberación miofascial, entre otros.
Es muy importante tener en cuenta que las cicatrices deben ser tratadas por el fisioterapeuta desde etapas muy tempranas. Esto ayudará a una correcta cicatrización, ordenamiento del tejido, evitar adherencias y restricciones de movimiento.
El tratamiento no es el mismo para todos los casos, pues dependerá de la causa, fase en la que se encuentra la cicatriz, tipo de restricción, entre otros, por lo que es muy importante una correcta evaluación.
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