Los pediatras animan a las madres a amamantar a sus recién nacidos debido a que la leche materna es una nutrición óptima para el bebé, es más fácil de digerir y contiene anticuerpos.
Investigadores israelíes han descubierto que los bebés amamantados tienen menos opciones de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que los alimentados con leche de fórmula.
El estudio dirigido por la doctora Aviva Mimouni-Bloch de la Facultad de Medicina de Tel Aviv, ha demostrado que entre los niños que padecen este trastorno hay menor proporción de amamantados.
"Dar el pecho podría servir de potente protector contra el TDAH", asegura la experta.
Este es uno de los trastornos de conducta más comunes diagnosticados en niños y adolescentes, de naturaleza heterogénea y multifactorial, por lo que es improbable encontrar una única causa.
"Vimos que existe una asociación significativa entre el TDAH y la falta de amamantamiento a los tres meses" explicó a Efe la doctora Mimouni-Bloch, que también dirige el Centro de Neurodesarrollo Infantil del Hospital Loewenstein.
"Sabíamos que el factor genético era determinante, pero nos sorprendimos al encontrar diferencias significativas entre los que no fueron amamantados a los tres meses y los otros grupos que recibieron ese alimento", recalcó.
Los investigadores no han podido determinar cuáles son los mecanismos que podrían intervenir en esa relación, si pueden ser los componentes de la propia leche materna, el lazo que se establece entre la madre y el bebé durante el amamantamiento o ambos.
Respecto al tiempo recomendable para impedir la aparición del trastorno tampoco hay una pauta precisa, según el estudio.
"No podemos decir hasta cuándo se debe dar el pecho para evitar el TDAH, pero el plazo de seis meses recomendado por la OMS nos parece muy razonable", subraya Mimouni-Bloch.
EFE
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