El manganeso es un elemento químico metálico que se emplea en fabricación del acero. Expertos recomiendan revisar las sustancias que afectan a la calidad del agua.
Un grupo de científicos descubrió que los restos de manganeso en el agua potable podrían afectar la capacidad intelectual de los niños, según un estudio publicado hoy en la revista Environmental Health Perspectives.
Investigadores de la Universidad de Québec, de la Universidad de Montreal y de la Escuela Politécnica de Montreal analizaron los resultados de 362 niños, de entre 6 y 13 años, que viven en hogares abastecidos por las aguas subterráneas en Québec.
Los investigadores midieron la concentración de manganeso en el agua de su casa, así como de hierro, cobre, plomo, zinc, arsénico, magnesio y calcio y posteriormente cada niño fue evaluado con una batería de pruebas para evaluar la cognición, las habilidades motoras y comportamiento.
Y concluyeron que los niños expuestos a altas concentraciones de manganeso en el agua potable obtuvieron peores resultados en los test de coeficiente intelectual, que los niños con exposiciones más bajas.
"Hemos encontrado importantes déficit en el cociente intelectual de los niños expuestos a mayor concentración de manganeso en el agua potable", señaló Maryse Bouchard, profesora adjunta del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias Biológicas, Salud, Medio Ambiente y Sociedad (CINBIOSE) de la Universidad de Québec en Montreal.
"Sin embargo, las concentraciones de manganeso fueron muy inferiores a las actuales directrices" sanitarias, agregó Bouchard, quien dirige el estudio junto con Donna Mergler, profesora emérita del Departamento de Ciencias Biológicas y miembro de CINBIOSE.
En Québec, donde se hizo el estudio, el manganeso no está en la lista de sustancias inorgánicas que afectan a la calidad del agua potable del Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente.
Según sus resultados, el promedio de coeficiente intelectual de los niños cuyos niveles de manganeso en el agua eran del 20% o más fue 6 puntos inferior al de los niños cuya agua contenía poco o nada de manganeso.
El análisis de la asociación entre el manganeso en el agua potable y el coeficiente intelectual infantil tuvo en cuenta además diversos factores como los ingresos familiares, la inteligencia materna, la educación materna y la presencia de otros metales en el agua.
Según Mergler, la relación causa-efecto "es muy marcada y pocos contaminantes ambientales han mostrado una correlación tan fuerte con la capacidad intelectual".
Los autores afirman que la cantidad presente de manganeso en los alimentos no mostraron relación con el coeficiente intelectual de los niños.
El artículo señala que algunos de los municipios donde se realizó el estudio ya han instalado un sistema de filtración para eliminar este químico y recomienda que se revisen las guías nacionales e internacionales sobre las sustancias que afectan a la calidad del agua.
El manganeso es un elemento químico metálico que se emplea en la fabricación del acero.
EFE
Investigadores de la Universidad de Québec, de la Universidad de Montreal y de la Escuela Politécnica de Montreal analizaron los resultados de 362 niños, de entre 6 y 13 años, que viven en hogares abastecidos por las aguas subterráneas en Québec.
Los investigadores midieron la concentración de manganeso en el agua de su casa, así como de hierro, cobre, plomo, zinc, arsénico, magnesio y calcio y posteriormente cada niño fue evaluado con una batería de pruebas para evaluar la cognición, las habilidades motoras y comportamiento.
Y concluyeron que los niños expuestos a altas concentraciones de manganeso en el agua potable obtuvieron peores resultados en los test de coeficiente intelectual, que los niños con exposiciones más bajas.
"Hemos encontrado importantes déficit en el cociente intelectual de los niños expuestos a mayor concentración de manganeso en el agua potable", señaló Maryse Bouchard, profesora adjunta del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias Biológicas, Salud, Medio Ambiente y Sociedad (CINBIOSE) de la Universidad de Québec en Montreal.
"Sin embargo, las concentraciones de manganeso fueron muy inferiores a las actuales directrices" sanitarias, agregó Bouchard, quien dirige el estudio junto con Donna Mergler, profesora emérita del Departamento de Ciencias Biológicas y miembro de CINBIOSE.
En Québec, donde se hizo el estudio, el manganeso no está en la lista de sustancias inorgánicas que afectan a la calidad del agua potable del Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente.
Según sus resultados, el promedio de coeficiente intelectual de los niños cuyos niveles de manganeso en el agua eran del 20% o más fue 6 puntos inferior al de los niños cuya agua contenía poco o nada de manganeso.
El análisis de la asociación entre el manganeso en el agua potable y el coeficiente intelectual infantil tuvo en cuenta además diversos factores como los ingresos familiares, la inteligencia materna, la educación materna y la presencia de otros metales en el agua.
Según Mergler, la relación causa-efecto "es muy marcada y pocos contaminantes ambientales han mostrado una correlación tan fuerte con la capacidad intelectual".
Los autores afirman que la cantidad presente de manganeso en los alimentos no mostraron relación con el coeficiente intelectual de los niños.
El artículo señala que algunos de los municipios donde se realizó el estudio ya han instalado un sistema de filtración para eliminar este químico y recomienda que se revisen las guías nacionales e internacionales sobre las sustancias que afectan a la calidad del agua.
El manganeso es un elemento químico metálico que se emplea en la fabricación del acero.
EFE
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