Un grupo de 58 expertos internacionales también propone una reestructuración en la forma en que entendemos la obesidad como enfermedad. El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, cuenta detalles de la nueva propuesta en esta nota.
Entre los años setenta y ochenta, para determinar si una persona tenía sobrepeso u obesidad, los médicos utilizaban unas tablas del peso ideal que tenían en su consultorio. Según la talla y la contextura de cada paciente, el doctor calculaba de manera aproximada cuál debía ser su peso ideal, muchas veces basándose en la observación visual.
Ya hace aproximadamente 30 años, se empezó a utilizar el índice de masa corporal (IMC), un método más sofisticado para calcular el peso ideal. En lugar de depender de la observación visual, este sistema requiere el uso de una balanza, medir la talla de la persona y aplicar una fórmula matemática. Con base en la altura y el peso, se obtiene un número que representa el IMC. Según esta fórmula, se considera que una persona con un IMC inferior a 25 está dentro de un rango normal, entre 25 y 30 tiene sobrepeso, más de 30 indica obesidad, y si el IMC supera los 35, se clasifica como obesidad mórbida.
Ahora, un reciente artículo publicado en la revista médica The Lancet ha puesto sobre la mesa una nueva definición de obesidad, propuesta por un grupo de 58 expertos internacionales. Estos especialistas señalan que, aunque el índice de masa corporal (IMC) mide la relación entre la talla y el peso de una persona, no tiene en cuenta factores importantes como la musculatura. Por ejemplo, una persona atlética o que levanta pesas puede tener un IMC alto debido a la gran cantidad de músculo, pero no necesariamente tener un exceso de grasa corporal.
Por esta razón, los expertos sugieren que el IMC debería seguir utilizándose para estudios poblacionales, pero para evaluaciones individuales, es necesario incorporar métodos más directos para medir la grasa corporal, como el uso de aparatos especializados o técnicas más sencillas como la medición del diámetro abdominal.
Además, el grupo de expertos propone una reestructuración en la forma en que entendemos la obesidad como enfermedad. La propuesta incluye dividir la obesidad en dos etapas: pre-obesidad y obesidad. En la pre-obesidad, no hay evidencia de daño significativo, como el hígado graso. Sin embargo, en la obesidad, ya se observan complicaciones como hígado graso, problemas cardiovasculares y otros trastornos relacionados.
"Es muy posible que [con esta propuesta] cambie completamente la manera de ver este tema de la obesidad y sobrepeso en casi 900 millones de personas en el mundo que tienen obesidad o sobrepeso. Recordemos que en nuestro país ya hemos sobrepasado el 60 % de prevalencia de obesidad y sobrepeso", dijo el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP.
Comparte esta noticia